Ciudad de México.- Como era de esperar, Donald Trump usó en su primer debate entre precandidatos presidenciales republicanos la misma estrategia de insultos xenófobos y ataques directos a sus rivales, que le llevó a convertirse en favorito en las encuesta.
“Si no fuera por mí, no estaríamos ni siquiera hablando de inmigración ilegal”, respondió el magnate Trump al ser preguntado por uno de los moderadores del debate, organizado por la cadena Fox, sobre los polémicos comentarios en los que calificó de “violadores” y “criminales” a los inmigrantes mexicanos.
“Tienen suerte de tenerme esta noche aquí”, dice a sus nueve rivales.
El magnate no dudó en calificar de “idiotas” a los que —en referencia a rivales como Jeb Bush, que apoya una reforma migratoria, y a sus adversarios Hillary Clinton y el presidente Barack Obama— “facilitan la entrada de los malos que envía el presidente mexicano, y que comenten crímenes y asesinatos”.
“Un muro rápidamente”. “Tenemos que construir un muro y tiene que ser rápidamente”, enfatizó Trump, quien volvió a culpar a la prensa de haber distorsionado sus declaraciones sobre los mexicanos.
El senador Rubio coincidió con Trump en que hay que construir un muro en la frontera y dijo que entiende la “frustración” de muchos estadunidenses ante la inmigración ilegal.
Según Rubio, de origen cubano, la “mayoría” de los inmigrantes que llegan ilegalmente a Estados Unidos “no vienen de México, sino de países centroamericanos como Guatemala y Honduras” y remata su intervención señalando que “si El Chapo ha podido construir un túnel debajo de la frontera, nosotros deberíamos ser capaces de poner una valla para impedirlo”.
Por su parte, Bush, ex gobernador de Florida, omitió en esta ocasión su propuesta de reforma migratoria y comentó que “hay que controlar la frontera”. Además, abogó por eliminar las llamadas “ciudades santuario”, en las que las autoridades locales protegen de la deportación a inmigrantes indocumentados y donde, según dijo, “la gente está muriendo”.
Bush también se mostró contrario a una “amnistía” para los inmigrantes indocumentados, al igual que el senador Ted Cruz.
El tercero mejor calificado en las encuestas, Scott Walker, que hace dos años apoyaba la reforma migratoria, justificó ahora su giro en este tema, que se presenta como uno de los decisivos de cara a las elecciones de noviembre de 2016. “Escuché a los estadunidenses. He visto cómo el presidente [Obama] ha destrozado el sistema migratorio en este país. Necesitamos una frontera segura, nada de amnistía”.
O me eligen o me largo. Trump hizo sentir en el debate el peso de su liderazgo en las encuestas al no descartar presentarse como candidato independiente por un tercer partido en caso de que no resulte nominado por los conservadores para optar a la Casa Blanca en los comicios de 2016.
“Si resulto nominado [en el Partido Republicano], no me presentaré como independiente”, indicó Trump de forma ambigua, en réplica a la pregunta de los moderadores que preguntaron si los diez aspirantes presentes descartaban una candidatura independiente.
Además, Trump, preguntado por algunos de sus comentarios despectivos hacia las mujeres, respondió que “el gran problema de EU es la corrección política”, lo que desencadenó aplausos entre el público, y que él “no tiene tiempo” para ser políticamente correcto.
“No tengo tiempo para ser siempre políticamente correcto, este país tiene serios problemas. Ya no ganamos. Perdemos contra China, contra México, contra todo el mundo en temas comerciales. Yo digo lo que digo y, si no te gusta, lo siento”, indicó Trump.
“Di dinero a Hillary”. La ofensiva de Trump no logró ser frenada por sus adversarios, que se mostraron excesivamente tímidos o intimidados con el magnate, con la excepción del senador por Kentucky Rand Paul, que le acusó de “estar acostumbrado a comprar políticos” y recordó que fue en el pasado donante de las campañas de los demócratas Bill y Hillary Clinton.
“A Hillary Clinton le dije: ven a mi boda, y vino a mi boda. No tenía elección. Yo había donado a su fundación”, explicó Trump, quien usó este ejemplo, protagonizado por él mismo, para probar que “el sistema está roto”.
“Doné a una fundación que se suponía que iba a hacer el bien. No sabía que el dinero serviría para pagar aviones privados en todo el mundo”, añadió el magnate inmobiliario.
Trump insistió en que “el sistema está roto” porque, en el pasado, él mismo ha donado dinero a “muchos políticos”, a quienes, años más tarde, les llamaba y “ellos estaban allí para mí”.
Paul afeó hasta en dos ocasiones a Trump sus donaciones a los demócratas, a lo que el magnate respondió con desdén al senador: “Estás teniendo una noche difícil hoy”.
Más incisivos estuvieron los conductores del debate, que le preguntaron: ¿Señor Trump, cuándo se convirtió en republicano? “He evolucionado en muchos temas en los últimos años. Y alguien que también lo hizo fue Ronald Reagan”, responde el empresario devenido político.
Estado Islámico. Los diez candidatos más populares del Partido Republicano a la Casa Blanca rivalizaron a la hora de prometer mano dura contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), aunque coincidieron en sus críticas al actual Gobierno, en el primer gran debate nacional con miras a las elecciones de 2016.
Jeb Bush, ex gobernador de Florida y segundo en las encuestas, atribuyó el auge del EI al “vacío” que quedó en Irak tras la decisión del actual presidente del Gobierno, Barack Obama, de poner fin a la guerra en ese país (2003-2011), iniciada por su hermano y anterior presidente George W. Bush.
“Sabiendo lo que sabemos ahora, esa guerra fue un error”, concedió Bush, pero subrayó que “para honrar a los que murieron” en la contienda debe ponerse fin al acuerdo nuclear con Irán alcanzado recientemente entre las potencias occidentales y Teherán, y “combatir el EI con todas las herramientas posibles”.
Más contundentes fueron las palabras del senador por Texas Ted Cruz, quien dijo que no será posible vencer al EI hasta que en la Casa Blanca “haya un presidente que se atreva a decir terrorismo radical islámico”.