Por: Itzchel Moreno
En charlas femeninas, aun surge el tema sobre la maternidad, como si está fuera la única razón de la existencia de ellas.
En una ocasión la tía de una amiga llega emocionada y comenta: “Te mando saludar doña Panchita, preguntó por ti y le dije que tenías un hijo”.
Indignada, la amiga responde: “Tía, pero yo he hecho más que ser mamá, estudié, soy profesionista, trabajo y sigo estudiando”.
Y aun cuando esa mujer no hubiera llegado a la Universidad, seguramente habría emprendido algún negocio, hubiera encontrado una forma de sustento, para ella y para los hijos.
Ya es justo que entre mujeres nos demos la mano, aun en los detalles minúsculos de una charla y dejar de observar si estas realizada con base a la compañía masculina o la maternidad.
Basta de hacer preguntas entre nosotras mismas como la clásica, ¿Y no tienes novio?, luego llega el hombre en cuestión y siguen con: ¿Cuándo se casan?, ¿Y para cuando el bebé?, ¿A poco te vas a quedar con uno?, ¿Ya creció “encarga” otro para que no te quedes sola?…
Por favor, en días primaverales e invernales hagamos válida la frase de Benito Juárez, el respeto al derecho ajeno, es la paz.
Decida cada una por su propia vida y dejen las demás de insistir en roles arcaicos para la mujer.
Las jóvenes de hoy tienen mayores oportunidades académicas y laborales que hace veinte años. Si usted no logró diversas metas, permita que las jóvenes de hoy exploren su propia vida sin presiones sociales.
Existe un movimiento a nivel internacional llamado Not Mother (No Mo) o Sin Niños, Childfree, que apoya a las nuevas generaciones en la decisión de no tener hijos, argumentando que las generaciones que nacimos en las décadas de los 60 y 70, fuimos hijos de las circunstancias.
Y hoy los hijos son por decisión, además quienes deciden no tenerlos, van a lidiar toda la vida con esos comentarios incomodos cuestionando si podías tener hijos o no, cuando hoy las condiciones económicas hacen pensar dos veces en esa posibilidad.
El punto señores y señoras es liberar los deseos personales, sin que la sociedad establezca las prioridades en la vida de otros y otras.
La vida también tiene mucho sentido si se decide estar sin hijos y para ellas y ellos, es en ocasiones doloroso no encajar en grupos sociales durante los eventos anuales que por tradición son “familiares”o simplemente con las amigas que no dejan de presionar contando las maravillas de la maternidad, como intentando convencer que los niños son sinónimo de felicidad o una especie de pegamento para vivir toda una vida juntos.
Si a esto agregamos las nuevas tendencias de vida como los DINK, las PANK o los LAT (Living Apart Together), es decir, los que se enamoran, se casan pero no viven juntos o han decido despertar sólo los fines de semana en la misma cama, compartiendo ese romanticismo de los novios, pero con la certeza de que tienes a “alguien”, en las buenas y en las malas.
Con base en cifras del INEGI, El número de hijos en México bajo de siete en 1960 a dos en el año 2009.
La soledad no es mala compañía, es aceptación, libertad, amor y respeto hacia ti mismo y tus deseos.
Por tanto, la próxima vez que le digan: “¿Te vas a quedar sola y luego quien te va a cuidar?”, puede responder con certeza que el artículo 4º de la Constitución Política Mexicana, le garantiza el derecho a decidir de manera libre, responsable e informada, sobre el número y espaciamiento de sus hijos .
Vive y deja que los demás decidan.