Luego de 10 días de huelga en el transporte y con el paro que comienza hoy por parte de los pilotos de Air France, sumado a la amenaza de paralizar dos líneas ferroviarias que llegan a las inmediaciones del Estadio de Francia en el barrio parisino de Saint-Denis, el Gobierno francés ha comenzado a preocuparse por las acciones de los trabajadores en contra de la reforma laboral.
El presidente François Hollande aseguró hace un par de días que estará “muy atento y vigilante durante la jornada y si hay que tomar decisiones, se adoptarán”, y agregó que el Estado “tomará todas las medidas necesarias” para trasladar a los visitantes que han llenado a Francia a razón de la Eurocopa.
En el mismo tenor se han manifestado el primer ministro, Manuel Valls, y el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies. Esto significa que de ser necesario habrá que emitir un decreto que obligue a los huelguistas a volver a sus trabajos —como lo prevé la legislación francesa— a través de órdenes que llegan directamente a sus domicilios. La medida debe ser “proporcionada y razonada”, precisa la ley.
La última vez que se utilizó en Francia fue en 2011, bajo el mandato de Nicolas Sarkozy, por una huelga de empleados de seguridad de aeropuertos. Algunos huelguistas fueron obligados a trabajar y otros fueron sustituidos por policías y gendarmes.
También se ha previsto ya el diálogo: la ministra del Trabajo, Myriam El Khomri, se dijo “dispuesta a recibir en el acto” a Philippe Martinez, dirigente del sindicato CGT, principal impulsor de las movilizaciones, si eso permitiese “levantar todos los bloqueos en el país”.
Y si bien el líder sindical está dispuesto a hablar “incluso este fin de semana”, aseguró que no aceptarán ninguna clase de chantaje y que las movilizaciones continuarán según lo planeado.
Caudales de basura, gran problema
Al bloqueo de plantas como la de Ivry, la principal de la capital, se une también el de cocheras donde se guardan los 468 camiones —gestionados por el Ayuntamiento de París— que a diario recogen parte de las tres mil 300 toneladas de desechos que produce la capital.
La función la realizan servicios municipales y empresas privadas. Debido a la huelga, esta tarea se encarga a empresas privadas, y ayer el ayuntamiento reforzó el servicio con 80 camiones más.
Lo mismo está ocurriendo en otras regiones de Francia. Una de las más afectadas es la ciudad de Marsella. El sindicato de la Confederación General del Trabajo (CGT) informa que al menos seis centros de tratamiento de basura de diferentes regiones están en huelga total hasta el martes próximo, cuando habrá una gran manifestación en París.