La selección francesa está a un paso de hacer realidad el sueño de ganar una nueva Eurocopa en su casa, al tumbar en Marsella a la poderosa Alemania con un doblete de Antoine Griezmann que envió a los anfitriones a la final del domingo en el Stade de France de París, en la que se medirá a la Portugal de Cristiano Ronaldo.
Francia superó con nota su primer gran examen en el torneo. Esta vez el rival no era Irlanda o Islandia sino un equipo que ganó los nueve últimos partidos que jugó ante un anfitrión en grandes torneos.
La Mannschaft, que buscaba alargar su dominio tras haber conquistado el Mundial de Brasil, fue reducida a cenizas por una Francia paciente, valiente y eléctrica al contragolpe de Griezmann, máximo goleador del torneo con seis tantos.
Francia podría ganar el domingo en París el cuarto título de su historia y el tercero en su propio suelo tras la Eurocopa de 1984 y el Mundial en 1998.
Para sorpresa de algunos,
Deschamps optó por el mismo once que aplastó 5-2 a Islandia, con Samuel Umtiti en el medio de la defensa y Moussa Sissoko en el medio del campo junto a Paul Pogba
y Blaise Matuidi. Puro músculo.
La Alemania de Löw, que recuperó el sistema 4-3-3 con Emre Can como principal novedad, fue lo contrario. Finura con el balón y paciencia frente al vértigo galo.
Fue Francia la primera que avisó con un disparo de Griezmann en el minuto 7. Una gran estirada de Neuer, que sacó el balón con la izquierda para evitar el gol.
Pero fue en la pelota parada que llegó el gol. Un tiro de esquina desde la derecha fue rematado por Evra y desviado con la mano por Schweinstegier. El capitán cometió un error juvenil, saltar con la mano arriba, el mismo que casi condena a la Mannschaft en cuartos ante Italia con Boateng como protagonista.
Griezmann, máximo goleador de la Eurocopa, tomó la pelota y pareció no temblar pese a haber fallado un penal el 28 de mayo en la final de la Champions. El delantero del Atlético de Madrid engañó a Neuer y puso el 0-1.
Alemania había hecho méritos para no irse al vestuario por detrás en el marcador. Sin embargo, fue incapaz de traducir su dominio en ocasiones claras de gol.
Aunque el equipo de Löw recibió una mala noticia en el 60’, cuando Boateng se lesionó y tuvo que ser sustituido por Mustafi. Más tarde entró Götze para salvar la noche, pero no fue él quien marcó la diferencia, sino de nuevo Griezmann tras un tremendo error defensivo de Alemania. Los galos robaron un balón, Pogba centró y Neuer despejó forzado y dejó el balón en el punto penal para que Griezmann lo empujara. Sexto gol en seis partidos en su primera Eurocopa.
Alemania lo intentó en los minutos finales: Kimmich mandó un balón a la escuadra, Draxler disparó una falta cerca del palo y Lloris sacó con una mano prodigiosa en el descuento un remate de cabeza. Pero no era el día de Alemania, era el día de Francia, el gran día de Antoine Griezmann.