Independientemente de que la sucesión esté a la vuelta de la esquina, la estatal y la municipal, la sede de los poderes del Estado no puede seguir sumida entre toneladas de basura que se acumula un día en un barrio o colonia y al otro día en otros, no hay pero que valga para que quienes están el frente de esa responsabilidad del área encargada cumplan con su obligación, pretextando descomposturas que sólo evidencian una mala planeación y organización.
Por supuesto que no se puede cargar toda la culpa a la autoridad municipal, sin embargo es ésta la que debe prever las contingencias que puedan surgir o en su defecto reconocer que no ha hecho bien su tarea y buscar, desde el primer momento de la crisis de los desechos, una alternativa viable que no sólo se base en las excusas cuando se sabe que los servicios públicos son prioridad dentro del presupuesto.
Porque da risa escuchar al responsable del área pretextar la falta de refacciones para arreglar los camiones recolectores, cuando lo primero que se prevé es precisamente ese renglón siempre y cuando se lleve una bitácora de mantenimiento respaldada por un inventario, pues en caso contrario siempre andarán tapando el pozo después de ahogado el niño, como ahora mismo está ocurriendo.
Podrá asegurarse que desde lo lejos es fácil opinar pero ante los hechos esa defensa es débil, porque está más que visto que han dejado morir los camiones recolectores incluso los más nuevos con que cuenta el Municipio, pues le han dado como luego se dice “hasta que truene”, sin que nadie se preocupe por fomentar la conciencia de que se trata de una herramienta fundamental para la imagen urbana.
Ya lo he dicho en ocasiones anteriores: el alcalde Fernando Agustín Méndez Cantú es una persona bien intencionada, que quiere a su Ciudad, pero le ha fallado el olfato para detectar la malicia de aquellos que llevan ya varias semanas nadando de muertito, o bien dejando pasar situaciones que han ido a rebotar contra la ciudadanía que lo ve a él como el único culpable de las montañas de basura acumuladas en la vía pública.
Habría que rascarle un poco más a este asunto de la crisis de la basura, porque no debemos olvidar que precisamente en esa área está el aposento del derrocado dirigente de los trabajadores municipales Ramiro Castillo Guerrero, quien podría estar aprovechando la coyuntura para tratar de recuperar el poder, porque ya antes intentó sabotear la recolección de desechos como medida de presión.
Es de reconocerse la buena voluntad del Alcalde, pero aunque sólo le queden poco más de siete semanas todavía puede destituir al que esté fallando, a menos que le tiemble la mano.
APUNTE.- El grito de auxilio lanzado el pasado fin de semana por los empresarios del sur del estado para que se atienda mejor el combate a la inseguridad, debe ser considerado como un ejemplo por el resto de la entidad porque la comisión de delitos de todo tipo no es privativa de esa zona, aunque hasta ahora sólo en Tampico, Madero y Altamira se han atrevido a exigir más efectividad.
Mientras no haya unión entre quienes arriesgan su dinero para apoyar el progreso y desarrollo de Tamaulipas, difícilmente la Federación e incluso el Estado voltearán a vernos y menos tendrán urgencia para ayudarnos a salir de esta ya exageradamente prolongada ola de violencia, sobre todo ahora que ya se resiente el olvido federal, tal vez por la derrota del PRI, pues han escaseado las visitas de secretarios de Estado y por ende las reuniones de alto nivel.
¿Quiénes secundarán a los del sur: el centro o la frontera?
PENDIENTE.- Todo mundo anda preocupado por la conformación del Gabinete estatal, pero nadie piensa en el municipal. ¿Alguien sabe por qué?
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