Diablos Rojos del México, Tigres de Quintana Roo y Sultanes de Monterrey, los equipos más ganadores de la Liga Mexicana de Beisbol, amenezaron con no participar más en este circuito.
Ayer, durante la primera Asamblea de presidentes rumbo a la temporada de 2017, los directivos, encabezados por Carlos Peralta y Alfredo Harp, propietarios Tigres y Diablos, salieron de la reunión al no alcanzar un punto de acuerdo para la discusión de reglamentar el uso de peloteros nacidos fuera de México. También lo hizo José Maiz, presidente de los Sultanes de Monterrey y la representación de los Guerreros de Oaxaca.
Peralta Quintero manifestó en ese momento que tomaba la decisión de abandonar la Liga Mexicana de Beisbol.
En la recién concluida temporada, los jugadores que acreditaron su nacionalidad porque sus padres o abuelos eran mexicanos, y los que la habían adquirido la nacionalidad por naturalización, jugaron sin la necesidad de ocupar una de las seis plazas de importados.
“No se aceptó discutir el tema de los mexicanos con doble nacionalidad. Se les explicó que al menos un 80 por ciento de la Asamblea debía estar de acuerdo en discutir el tema y no hubo tal quórum. Hubo presidentes que no estuvieron de acuerdo en discutir el tema.
“La temporada pasada fue de una de las más exitosas en cuestión de entradas, de calidad del juego y creemos que no se puede cambiar esa regla”, explicó José Antonio Mansur, presidente de los Rojos del Águila de Veracruz, y quien ayer también fue nombrado presidente del consejo administrativo de la liga.
Durante la conferencia de prensa se explicó que de momento, los cuatro equipos que se habían ausentado estaban fuera de la liga, con la posibilidad de poder reincoprarse.
“Vamos a buscar que haya un acercamiento. Son personas que durante mucho tiempo han patrocinado el beisbol y no podemos dejar que se vayan así nada más”, dijo Plinio Escalante, presidente de la LMB.