El gobierno de Sudán ha empleado en al menos 30 casos armas químicas contra su propia población, según denunció este jueves la organización defensora de derechos humanos Amnistía Internacional en un informe.
Como consecuencia de ello han muerto al menos entre 200 y 250 personas desde principios del año. Amnistía se remite en sus acusaciones a imágenes de satélite y entrevistas. La mayoría de las víctimas son menores. Los expertos en armas químicas han presentado pruebas de que se ha empleado gas mostaza.
En Darfur, en el oeste del país africano, impera desde hace 13 años una guerra civil. Los rebeldes del Ejército de Liberación Sudanés (SLA) acusan gobierno de reprimir a la población que no es árabe. A principios de 2016 el gobierno comenzó una nueva y gran ofensiva contra el SLA en la región montañosa de Jebel Marra.
En el conflicto han muerto unas 300 mil personas y cerca de 2.6 millones han huido. Según datos de la ONU, más de 80 mil personas en la región han perdido su hogar tan sólo en lo que va de año.
Las imágenes y los vídeos en los que Amnistía se basó para elaborar el informe muestran a niños llorando, repletos de quemaduras, que vomitan sangre y respiran con dificultad tras haber sido expuestos a químicos venenosos, según explicó Tirana Hassan, una de las responsables de Amnistía.
La dimensión y la brutalidad de los ataques es difícil de expresar, dijo. “Las pruebas que hemos recogido son creíbles y muestran un régimen que ha atacado con toda la intención a la población de Darfur sin temor alguno a un castigo internacional”.
El uso de armas químicas es un crimen de guerra, dijo Hassan.
Están prohibidas desde hace décadas y no se puede justificar con nada. “No se puede ignorar que el gobierno sudanés las emplea de forma reiterada contra su pueblo y (eso) exige una actuación”.
El Tribunal Penal Internacional en La Haya acusó al presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir, de genocidio, crímenes de guerra y contra la Humanidad. Ha dictado a una orden de detención en su contra, pero muchos países árabes y africanos no reconocen esta corte internacional.