Guadalajara.- Un equipo que en el nuevo milenio está acostumbrado a ganar no puede darse el lujo de terminar fuera de los Playoffs de la NFL por tercera temporada consecutiva.
Los Colts de Indianápolis se han perdido de estar en una postemporada durante dos años consecutivos, terminando en 2015 y 2016 con récord de 8-8 en ambas ocasiones, sin embargo, la anterior fue una campaña en la que se dejaron escapar oportunidades para estar del otro lado y terminaron siendo relegados al tercer sitio de la División Sur de la AFC.
Estas campañas consecutivas con tan poco éxito de parte del equipo se deben en parte por la serie de lesiones que han atacado a Andrew Luck y que han limitado su tiempo en los emparrillados, sin embargo, al jugador tomado en el primer puesto global del Draft de 2012 no ha contado con un equipo cuyas capacidades se equiparen a las suyas. Las lesiones se originan si no cuentas con una adecuada protección de parte de tu línea de golpeo y ese ha sido uno de los talones de Aquiles de los Colts.
También, algunos jugadores reclutados en las más recientes ediciones del Draft no han tenido el desarrollo deseado y eso termina por afectar la productividad de una franquicia que a lo largo del Nuevo Milenio se había caracterizado por contar con ofensivas potentes.
Pero también del otro lado del ovoide el equipo de los Colts contó con sus evidentes fallas. La defensiva envejeció y en 2016 fue una de las peores tres en toda la Liga.
Toda esta serie de circunstancias orillaron al dueño Jim Irsay a tomar una decisión importante en la dirección de su equipo, al despedir a Ryan Grigson como gerente general y traer en su lugar a Chris Ballard, que comenzó en esta temporada baja con una limpia en el roster, dejando ir a proyectos fallidos y traer una gran cantidad de agentes libres para competir por los puestos titulares en ambos lados del balón.
Sin embargo, la duda más grande que existe es si Luck regresará a su forma de mariscal de campo de élite después de someterse a una cirugía en su hombro de lanzar, algo que le ha impedido practicar en el campamento de los Colts y que seguramente lo dejará fuera de acción toda la pretemporada para rehabilitarse por completo de cara al encuentro de la Semana 1 frente a los Rams en Los Ángeles.
El apoyo con el que contará Luck será prácticamente el mismo de la temporada anterior, con T.Y Hilton como su arma principal, Jack Doyle desempeñando un papel clave desde la posición de ala cerrada y con la esperanza de que Frank Gore, a sus 34 años, tenga un desempeño similar al del año anterior.
Del lado defensivo, los Colts se volvieron más jóvenes, pero no existen garantías de que sea una unidad dominante, pero que seguramente mejorará en áreas específicas, entre ellas cerrar espacio a la carrera y presionar más al mariscal contrario.
La misión no parece sencilla para que los Colts retomen protagonismo en el Sur, pues sus rivales divisionales han ido mejorando en todas las áreas y han adquirido jugadores con mejor nivel que muchos de los titulares en Indianápolis, donde quieren volver a la forma de sus mejores años en este milenio.