El último capítulo de la sucesión no pactada en el PRI sino acordada por la presidencia se empezó a escribir el miércoles anterior, cuando el titular de la cancillería Luis Videgaray presentó a dos cuadros destacados que buscan la candidatura presidencial, aunque uno de ellos ya se consoló con la nominación para convertirse en el próximo dirigente nacional del PRI pero sigue vivo en “la puja” de la sucesión presidencial. Donde los dados estuvieron cargados para el secretario hacienda José Antonio Meade Kerubiña y no así para el secretario de gobernación Miguel Angel Osorio Chong.
La reacción del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, no se hizo esperar quien desde la escuela de naval de aviación en La Paz Baja California, durante un acto de la secretaria de marina armada de México, espetó en alusión a la pasarela en la cancillería: No se despisten, el PRI no elige a sus candidatos con aplausos. Y abundó, que será candidato quien tenga las mejores condiciones para la competencia.
La expresión de Presidente Peña es similar a la pronunciada por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en la víspera de la designación del malogrado candidato priísta Luis Donaldo Colosio Murrieta. Quien les dijo a los priístas sobre todo a los aspirantes; No se hagan bolas.
Obvio que hay una mar de diferencias entre el jefe del ejecutivo federal y el ex presidente Salinas, a quien aun cuando han sido sendas las críticas en su contra también es menester reconocer las acciones de sus gestión, que hizo más pobres a los más necesitados y a los más ricos de este país a los hizo multimillonarios.
Sin embargo, lo dicho por el Presidente Peña en La Paz, aunque tiene distintas aristas, busca perfilar a su delfín, como es el secretario de hacienda y lo menos que pudiera haber hecho Luis Videgaray organizador de la pasarela del presidenciable ante cancilleres de otros países, fue reconocer el desempeño de Meade, sobre todo porque el propio Videgaray le dejo a Meade un secretaria desvalijada, en franca quiebra y con nulas expectativas.
Pero es menester apuntar que el propio Peña habría sido el mismo que permitió a Videgaray la organización de la pasarela, ya que ninguno de los súbitos de un presidente de la república, un gobernador o una presidencia municipal, puede actuar motu proprio, sobre todo por los tiempos y el estatus del proceso electoral.
Si el dicho del Presidente, de “no se despisten” no se contextualiza, el Instituto Nacional Electoral no tendría por qué encender la luz ambar del proceso electoral. Y de que al candidato del PRI no se elige con aplausos, recordemos solamente que Don Juan Baez fue legislador federal por haber expresado durante una convención priísta, ¡que siga la bamba seis años más!. Y fue entonces cuando el priísmo nacional a mediados del siglo anterior. se pronunció por Miguel Alemán, segundo veracruzano que ha sido presidente de la república.
O será entonces que el Presidente Peña se desistió de postular a su delfín que lo mismo lo es de los ex Felipe Calderón y Vicente Fox, con quienes ocupo carteras relevantes. Todo apunta a que sigue siendo el aspirante palomeado desde la presidencia. Por muchas razones que ameritan una nueva entrega.
En otro orden, el gobernador tamaulipeco de origen fronterizo Francisco García Cabeza de Vaca, celebró una reunión con el director general de Pemex José Antonio González Anaya, para fortalecer las acciones y reducir la demanda de combustible de origen robado dijo el titular de la paraestatal. Remembro que esta entidad junto con Puebla, Querétaro y Guanajuato, liderean a nivel el robo de combustible.
Asimismo la paraestatal donó 16 hectáreas al gobierno estatal el complejo de Pemex que se ubica en la ciudad fronteriza de Reynosa. Donde la administración estatal de García Cabeza de Vaca construirá un parque recreativo similar al Central Park de New York u otros pulmones que hay en distintos sitios del mundo.