El poco crédito que le quedaba a las Chivas de Matías Almeyda se agotó en apenas cuatro jornadas del Apertura 2018.
José Saturnino Cardozo se lo terminó muy pronto, y hoy el paraguayo es blanco de los dardos de una afición que vuelve a los abucheos para un equipo que cada vez se parece menos al de los títulos de hace poco.
Ayer el Rebaño volvió a ser un desastre en su casa y perdió 2-1 un partido que ganaba ante Santos.
El resultado deja al Rebaño en el penúltimo lugar de la clasificación sólo sobre el Pachuca, y asomándose, de nuevo, a una de esas crisis que parecían erradicadas de Verde Valle.
Brillantes
Cardozo realizó un par de modificaciones obligadas para enfrentar al Santos. En lugar del suspendido Orbelín Pineda recorrió a Gael Sandoval a la zona de la contención y metió a Eduardo López por izquierda. En el ataque, ante la lesión de Alan Pulido (contractura) jugó como titular Jesus Godínez.
Los rojiblancos detectaron en el arranque del juego el poco entendimiento de la zaga central del Santos.
Así, al minuto 25, se pusieron en ventaja cuando la “Chofis” López desbordó por única vez por izquierda y metió servicio que Isaac Brizuela remató primero al cuerpo del arquero y después contrarremató fuerte y arriba para el 1-0.
El Rebaño se conformó con la mínima ventaja, falló otro par de jugadas claras, y cuando parecía irse 1-0 al medio tiempo llegó la falla a balón parado al 40’ donde Salcido perdió la marca de Matheus Doria para que el brasileño empatara el juego.
Oscuros
En el segundo tiempo los problemas del Rebaño se hicieron más evidentes. Primero, porque cada vez que Santos los atacaba daba sensación de peligro, y después porque tardó mucho en volver a meterse al juego.
Al minuto 77, Santos encontró el contragolpe que esperaba. Julio Furch escapó a la marca de Salcido por derecha y metió servicio a segundo poste donde Jonathan Rodríguez cerró de manera correcta para el 2-1 que encendió el abucheo de la afición.
Vino entonces el primer asomo de un equipo en crisis. Cardozo ingresando a dos novatos para que le resolvieran un partido ante el campeón, o sus futbolistas confundidos al no saber quién cobraba un tiro de esquina.
No hubo la mínima posibilidad de empatar el juego y Chivas se ahoga ante la falta de resultados.