El presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador ya anunció que realizará una consulta ciudadana para que sea el pueblo quien decida si construye o no el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
No cabe duda que, como Poncio Pilatos, el próximo mandatario de este país se lavará las manos, o bien, se curará en salud.
Pero el problema aquí es que aún no empieza a gobernar y ya está generando mucha polémica en varios aspectos.
En primera, porque casi toda la su campaña se la pasó desestimando esta obra, situación que la puso en jaque, y mucha gente, la que votó por él, se irá con lo que el amado líder dijo alguna vez, es decir, “no”.
El asunto es que anuncia consulta popular sobre el aeropuerto. Pero la Constitución dice que es debe ser Congreso quien la debe convocar, la Suprema Corte de Justicia quien la debe validar, y el INE quien la debe organizar, además de que tiene que ser concurrente con una elección federal.
Ahora bien, qué van a preguntar, quién va a regularla, cuánto costará, pero sobre todo, quién va a contar la opinión que haya dado la ciudadanía.
Otra cosa, ¿por qué para algunas cosas sí consulta al pueblo y para otras no?
¿Por qué no hacer una consulta también sobre el tren maya, la construcción de las refinerías, la venta del avión, la eliminación del Estado Mayor, dejar de vivir en Los Pinos y otros asuntos?
Pero sobre todo, ¿por qué no consultar sobre la descentralización de las dependencias federales o secretarías y su traslado a diferentes entidades del país? Ahí sí afecta a millones de familias y no les ha preguntado.
¿Por qué para unas cosas sí quiere “gobernar con el pueblo y para otras no? Eso es lo que se cuestiona.
En el caso del aeropuerto, sólo una pequeña parte de la población usa esas instalaciones, la mayoría del “pueblo bueno” no, así que poco les importa si está en Santa Lucía, en Texcoco o donde actualmente está.
Ellos van a decir lo que el amado líder les diga que digan. Así de sencillo.
Por eso creo que en el asunto del NACM deben ser consultados expertos, no ciudadanos comunes. Deben ser consultados profesionistas en materia de aeronáutica, medio ambiente, ingeniería aeroportuaria, civil y una serie de expertos. Incluso, de gente que usa constantemente el aeropuerto, gente que tendría que hacer una travesía para tomar un vuelo de conexión, para un transborde o simplemente para hacer un viaje.
Insisto, este tipo de cosas son decisiones que tiene que tomar un mandatario. Para eso los elegimos.
No entiendo, de verdad por qué consultar al pueblo este asunto.
Insisto…
¿Quién lo va a regular la consulta?
¿Bajo qué métodos se haría?
¿Quién lo va hacer: el presidente Andrés Manuel en una plaza pública a mano alzada como él acostumbra a hacer democracia?
¿Cuánto costaría una consulta?
¿A quién le van a preguntar?
¿No les parece una propuesta absurda y populista?
Y eso que aún no empieza a gobernar, pero me parece que cuando haya algún tema polémico, él se va a lavar las manos: si el pueblo decide, aún lo contrario que él, dirá que fue decisión de la ciudadanía, si sale mal, la gente no podrá echarle la culpa.
Señor presidente, uno de los grandes retos de los estadistas es saber tomar decisiones.
EN CINCO PALABRAS: Consultarán así: ¿verdad que no?
PUNTO FINAL.- “Cualquiera sirve para rey; casi nadie para solitario”: Leopoldo Alas.
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