Ciudad de México.- Tomas clandestinas, robo de pipas, venta en el mercado negro, cobro por derecho de piso e incluso terminales secuestradas por la delincuencia organizada son los principales problemas de inseguridad a los que se está enfrentando la industria del gas LP en México.
Entrevistado en el marco del 36 Congreso de la Asociación Iberoamericana de Gas Licuado de Petróleo, Luis Landeros, presidente de la Asociación de Distribuidores de Gas LP, aseguró que tan sólo el año pasado la perdida ya calculada por el robo del combustible a los ductos de Pemex sumó más de 13 mil 200 millones de pesos.
Explicó que al mes se roban de 60 mil a 80 mil toneladas de gas, que tiene un valor cercano a los mil 100 millones de pesos, una situación que ha afectado de manera importante al mercado formal, a lo cual también se suma el robo de pipas que la delincuencia usa para distribuir dicho producto.
Dijo que es necesario que las autoridades regulatorias como la Comisión Reguladora de Energía (CRE), así como la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), en conjunto con la Guardia Nacional (GN) e incluso las autoridades locales, lleven a cabo operativos que permitan verificar la legalidad de muchos centros de carburación.
De acuerdo con datos de la CRE, hay por lo menos 50 estaciones de carburación en la Ciudad de México y 350 en el Estado de México, las cuales cuentan con permisos y trabajan en la legalidad, sin embargo, en la realidad operan entre 800 y 850 estaciones, por lo que cerca de 60% de estas instalaciones no están siendo reguladas.
Muy probablemente sean las estaciones que estén distribuyendo este tipo de hidrocarburos ilícitos (gas LP robado)”.
Las zonas de mayor afectación son aquellas por donde pasa el ducto y están cercanos a la Ciudad de México, como lo son: Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, entre otros, donde las empresas formales cada vez venden menos porque no pueden competir contra las comisiones que da este mercado (ilegal).
Es así que entre el 15% y 20% de la distribución en el centro del país, es lo que representa el volumen de gas ilícito, el cual incluso ya cuenta con una cadena logística.
Ernesto Mijangos y Eduardo del Rio, de la compañía UrgeGas, muestran un aparato que mediante señales WiFi mide la cantidad de gas restante en un tanque estacionario.
EXTORSIÓN, CIERRES Y DESPOJO
El representante empresarial aseguró que algunas estaciones de distribución han tenido que cerrar por la amenaza del crimen organizado, quien les exige vender el gas LP que roban a Pemex, mientras que otras han sido secuestradas por estas bandas a fin de operarlas como propias.
Es algo que se está extendiendo en varias partes del país, lo que pasó en Zihuatanejo no es el único lugar en el que ha ocurrido, tenemos en varias partes porque el crimen organizado agarra el control de un flujo de dinero importante, como lo es el mercado ilícito, llegan y dicen, ‘o me compras gas o me dejas la planta y yo me encargo’, ese tipo de cuestiones nos obliga a cerrar plantas completas.
Dijo que desde Zacatecas hasta Tabasco se han registrado estas situaciones de ilegalidad, muchas de las cuales no se denuncian por miedo a las amenazas y represalias por parte de las bandas delincuenciales.
