Lo señalamos en diferentes ocasiones, las últimas semanas era inevitable que, tanto en nuestra capital como en el estado, acaparara el interés social y la vigencia mediática del conflicto protagonizado entre el presidente municipal Eduardo Abraham Gattás Báez y los, al menos, 16 integrantes del ayuntamiento que, como todos sabemos, derivó en denuncia pública y formal de estos ante el Congreso del Estado, la Fiscalía Anticorrupción, además del Tribunal Electoral de Tamaulipas.
El día de ayer lunes, en muy, pero muy, “aparentes” buenos términos, mediante una sesión de cabildo vespertina se despresurizó el referido conflicto histórico.
Al respecto, debemos recordar que la denuncia enderezada ante el Congreso, se turnó a las comisiones unidas de Gobernación y Asuntos Municipales, mismas que la registraron bajo el expediente 66-SR/001/2024; en el asunto, se acordó dar el trámite respectivo a la denuncia y se instruyó para que se le notificara personalmente al alcalde, concediéndosele tres días para que acudiera ante el Congreso a manifestar lo que a su derecho conviniera; desahogada la comparecencia de Lalo Gattás, se abrió la etapa probatoria de procedimiento.
La síndica y los regidores denunciantes, sustancialmente, se dolieron en el escrito delproceder del alcalde al pretender designar y/o designar funcionarios (secretario del ayuntamiento, secretario de desarrollo urbano, tesorero, contralor, director de obras y servicios públicos, entre otros)que no le está permitido por la ley, toda vez que se encuentran reservados como facultad del ayuntamiento, de conformidad con el artículo 49 del Código Municipal del Estado.
Ahora bien, como se dijo, el día de ayer por la tarde en Palacio Municipal de la capital tamaulipeca se verificó sesión pública del ayuntamiento, en la que, por unanimidad de votos, se aprobaron los nombramientos de todos y cada uno de los funcionarios de los cuales se dolían marginados los denunciantes; por tanto, técnicamente, desaparece la materia que dio origen al conflicto.
Es decir, en la sesión celebrada el día de ayer los denunciantes participaron del derecho a decidir y votar en la designación de los funcionarios designados a los distintos cargos de la administración municipal de Victoria, de ahí que purga la vulneración de la cual se dolieron en sus respectivas denuncias.
De esa manera, y por el bien de los victorenses, debemos celebrar el asomo del buen criterio y la prudencia política entre las partes, reflejados y superados en la sesión de ayuntamiento, aun y cuando yace el registro imborrable de uno de los peores precedentes en la historia de la política y la administración pública municipal y estatal.
Independientemente del cese de las diferencias señaladas, la realidad es muy reveladora, y nos deja,un gobierno municipal de Victoria sumamente dañado y muy cuestionado; pues a pesar de la llegada de un aparente cese a la confrontación, en el tiempo prevalecerán las dudas en cuanto a quién cedió más, quién ganó más y si, en su caso, sanaron las heridas de los inconformes.
En conclusión, el objeto del conflicto entre Lalo Gattás y los integrantes del ayuntamiento de Victoria inconformes ha cesado, toda vez que se han llevado a cabo los nombramientos de los funcionarios municipales de los que se dolían excluidos; ergo, jurídicamente, procede declarar sin materia todos y cada uno de los expedientes instaurados con motivo de las denuncias entabladas ante el Congreso y las diversas autoridades que conocieron del mismo.