La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó a la administración del presidente Donald Trump deportar a un grupo de ocho migrantes de varias nacionalidades, entre ellos el mexicano Jesús Muñoz Gutiérrez, varado en una base militar en Yibuti, hacia Sudán del Sur, un país devastado por la guerra.
Jesús Muñoz Gutiérrez, sentenciado a cadena perpetua por asesinato en segundo grado, fue arrestado el 12 de mayo y deportado nueve días después junto con los otros migrantes.
La decisión del máximo tribunal se produce 10 días después de que allanara el camino para que la administración Trump deporte a migrantes a países distintos a los de su origen.
El 23 de junio, el tribunal dejó en suspenso la medida cautelar dictada el 18 de abril por el juez de distrito Brian Murphy, de Boston, en la que se exigía que los inmigrantes que iban a ser expulsados a los denominados terceros países pudieran informar a las autoridades que corrían riesgo de sufrir torturas, mientras se resolvía un recurso judicial.
Ayer, el tribunal accedió a una petición del Departamento de Justicia para aclarar que su decisión del 23 de junio también se extendía a la resolución de Murphy del 21 de mayo, según la cual la administración había violado su orden judicial al intentar enviar a un grupo de inmigrantes a Sudán del Sur.
La orden de hoy (ayer) sólo aclara una cosa: los demás litigantes deben acatar las normas, pero el gobierno tiene a la Corte Suprema a su disposición”, declaró Sotomayor.
Además de Muñoz Gutiérrez, el grupo lo completan un par de cubanos, dos birmanos, un vietnamita, un laosiano y un sursudanés.
El gobierno de Trump ha defendido las deportaciones a terceros países bajo el argumento de que los países de origen de algunos deportados los rechazan.
