La visita de Luisa María Alcalde Luján a Tamaulipas no pasó inadvertida. En un terreno donde los silencios suelen pesar más que las palabras, la presidenta nacional de Morena decidió romper el protocolo y apuntar directamente hacia el pasado panista: Francisco García Cabeza de Vaca.
“Cínico, corrupto, símbolo del PRIAN”, lanzó sin matices, convirtiendo una rueda de prensa rutinaria en un golpe político que resonó hasta Texas, donde el ex gobernador se refugia desde 2022.
No fue un exabrupto: fue un mensaje claro de que el lopezobradorismo no piensa soltar el expediente Cabeza, menos ahora que la Suprema Corte de Justicia tiene en sus manos su destino.
El ex mandatario, fiel a su estilo de confrontación, respondió casi de inmediato en redes sociales, acusando a Alcalde de “cómplice” de un desfalco multimillonario durante su paso por Gobernación.
En el fondo, el intercambio mostró algo más que un duelo verbal: la desesperación de quien sabe que su margen de maniobra política y jurídica se achica cada día.
El caso Cabeza de Vaca está nuevamente en el radar judicial. La Corte revisa el amparo que lo mantiene fuera de prisión, y el expediente fue turnado a Lenia Batres Guadarrama, ministra cercana a la 4T y férrea promotora de la rendición de cuentas pero impuesta por el entonces Presidente y ratificada por el movimiento que no olvida cómo Francisco, reclamó en su cara a AMLO a gritos, se burló de él dándole un Hersey de béisbol de los tecolotes de Nuevo Laredo talla XL junto con Enrique Rivas Cuellar ex alcalde.
El mensaje es inequívoco: los días de protección parecen agotarse para el ex gobernador panista. Especialmente por el tema de su orden de aprehensión que está en estudio en la sala de Batres.
Mientras tanto, en los tribunales de Tamaulipas, las piezas del viejo gabinete caen una a una. Ex funcionarios como María de Lourdes Arteaga, Carlos García González y Reynaldo Garza Gómez, además de subsecretarios (y el sentenciado Mario Gómez) ya enfrentan procesos por corrupción, todos vinculados al esquema de saqueo que definió el sexenio cabecista.
Cabeza, insiste en su narrativa de “perseguido político”, pero los hechos lo contradicen.
Los expedientes se acumulan, los aliados se esfuman y la justicia avanza sin los blindajes que antes lo resguardaban.
Lo que alguna vez fue un proyecto político con aspiraciones nacionales hoy parece reducido a un eco judicial que lo persigue dentro y fuera del país.
En política, como en el derecho, no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. La caída de sus antiguos colaboradores anuncia que la línea de fuego se acerca. Y aunque Francisco García se aferre al discurso de víctima, la realidad lo exhibe como lo que es: un hombre acorralado por su propio pasado.
El reloj judicial ya comenzó a correr, y esta vez, no parece tener escapatoria. La SCJN tiene su caso clasificado como prioridad y si se considera que, quien lleva el caso es ciega seguidora de López Obrador, pues el futuro no es muy terso que digamos.
Los escenarios crecen porque ahora en la convención de Morena, se dejaron caer exigencias a Alcalde Luján: pida que la FGR haga valer la reciprocidad a Estados Unidos. Si ya se entregaron más de cincuenta delincuentes que esperan para pedir uno de aquel país”.
La misma idea a crecido en otros sectores, después de la detención de un delincuente en Cuba, un Chino que también es buscado por Estados Unidos.
Quizás por eso, Francisco a aceleró la campaña de su defensa en medios nacionales y con los que trabajó seis años de su gobierno, aunque también tuvo a sus periodistas partidistas en Tamaulipas.






