Ciudad de México.- En el trienio de Francisco Rábago Castillo (1999–2001) en Tampico, Hernán “N”, conocido como “La Requena” o “El Abuelo”, ocupó el cargo de delegado de Seguridad Pública.
Hoy, más de dos décadas después, ese mismo personaje fue capturado en un operativo internacional al ser identificado como líder del grupo criminal La Barredora y ex jefe de Seguridad Pública en Tabasco en el sexenio Adán Augusto López.
La detención se realizó en una acción coordinada del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), SEDENA, SEMAR, FGR, Guardia Nacional y con apoyo del Gobierno de Paraguay.
El titular de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, confirmó la captura y la enmarcó en la política de Cero Tolerancia a la Corrupción de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La operación también involucró a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y se ejecutó bajo el nuevo esquema de cooperación interinstitucional previsto en la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia.
El caso no solo exhibe la caída de un capo. Revela también las grietas históricas de la seguridad pública en Tamaulipas. Hernán “N” inició su trayectoria desde el propio aparato oficial en Tampico, donde su paso por la corporación quedó marcado por la opacidad y, posteriormente, por su infiltración en redes criminales.
De acuerdo con fuentes de inteligencia financiera y portuaria, La Barredora se alimentó de corredores logísticos en Altamira, Tampico y Ciudad Madero, rutas históricamente disputadas para el trasiego de drogas, armas y migrantes.
La captura de “El Abuelo” significa un golpe contra una de las células criminales con mayor presencia en el sur y sureste del país. Pero también abre la puerta a revisar los expedientes de seguridad del pasado, cuando operadores que se formaron dentro de las instituciones terminaron convertidos en capos de alcance internacional.