Ciudad de México.- A 11 años de la desaparición de 43 normalistas y el asesinato de tres de sus compañeros, en Iguala, Guerrero, las investigaciones siguen sin algún avance sobre el paradero de los normalistas.
El 26 de septiembre de 2014 un grupo de normalistas de Ayotzinapa llegó a Iguala para tomar varios autobuses de pasajeros que trasladarían a la CDMX y participar en una marcha por el 2 de octubre.
Ese día, la esposa de José Luis Abarca, el alcalde de Iguala, María de los Ángeles Pineda, rendía su informe como presidenta del DIF municipal. Se consideró que los normalistas querían sabotear el evento.
Una de las líneas de investigación señala que en el portaequipajes de un autobús que tomaron había drogas. Eso desató la alarma en el grupo delictivo de Guerreros Unidos, por lo que se originó una persecución.
LA VERDAD HISTÓRICA
Otra hipótesis fue que integrantes de Guerreros Unidos confundieron a los jóvenes con miembros de los Rojos de Chilpancingo, una banda rival, y los asesinaron para después incinerarlos en el basurero municipal de Cocula.
Esta versión, titulada verdad histórica, apuntaba que los estudiantes iban a boicotear el evento de Pineda Villa.
El 18 de agosto de 2022, el presidente de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del caso, Alejandro Encinas, se reunió con los familiares de los estudiantes. Luego, dio a conocer que la desaparición “constituyó un crimen de Estado en el que concurrieron Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano”.
Pero, a 11 años del hecho, sigue sin conocerse el paradero de los 43 normalistas.