(Agencias)
México DF.- Fuerte. Así dice sentirse Carmen Aristegui, en una entrevista que hoy pública el Periódico el UNIVERSAL y que titula: Me siento fuerte… para dar la batalla”.
La entrevista, realizada por la periodista Yuli García, cita las palabras claves que le dan entrada al encuentro con Aristegui.
“Me siento fuerte, me siento con el estímulo suficiente para dar una batalla (…) porque no aceptamos que han ganado en términos de un manotazo autoritario”.
Asegura que el dueño de MVS, Joaquín Vargas le solicitó “comprensión” para no transmitir el reportaje de la “Casa Blanca”.
Aclara que la empresa nunca le exigió de manera “grosera” que no se difundiera la investigación. “No fue una exigencia grosera, fue una solicitud de comprensión de lo que pasaría con el grupo de MVS si nosotros transmitíamos ese reportaje”, señala.
¿Esta solicitud fue hecha por Felipe Chao, por Joaquín Vargas?
—Por Joaquín Vargas.
La entrevista es antes de que MVS emitiera el comunicado en que insiste en que es falso que se haya censurado a la periodista.
¿Hubo alguna señal desde que ustedes difundieron el reportaje y la investigación de la ‘Casa Blanca’, de que ustedes podrían ser despedidos?
— El reportaje de la ‘Casa Blanca’ fue un reportaje que no se transmitió en Noticias
MVS (…) porque los periodistas nos enfrentamos a un dilema (…) que resolvimos, creo yo, de la manera más inteligente frente a la disyuntiva de perder un espacio que era el propio noticiero.
Aristegui asegura desconocer cuáles serían las consecuencias que enfrentaría la cadena radiofónica en caso de haber difundido el reportaje y que ante el dilema de que esto acabara con el programa, junto con su equipo llegaron a la conclusión de transmitirlo por otros medios.
Sobre su relación con la familia Vargas dice que “a pesar de los trompicones”, como el que generó la polémica por el supuesto alcoholismo del ex presidente Felipe Calderón, “al final de cuentas, se fortaleció” y que muestra de ello fue la creación de la figura del ombudsman de las audiencias, en la persona del experto en telecomunicaciones, Gabriel Sosa Plata.
¿Cómo entender, entonces, su reacción?
— Pues todo parece indicar que la ecuación política es distinta. La ecuación política y la presión política a veces es distinta. Simplemente te diría que Felipe Calderón estaba en una circunstancia equis y la situación en ese momento era de un cálculo distinto y yo me imagino que aquí la ecuación les cambia en términos de un gobierno que tiene cuatro años por delante, un gobierno distinto con ciertos modos y maneras. Y creo que eso también está contando ahora.
Se le cuestiona si cree que se condicionan concesiones a cambio de no tener periodistas que cuestionen corrupción o autoritarismo.
“No sería la primera vez, no sería la primera vez que ocurre con este grupo y eso se va a ir viendo en el camino (…) pero lo que queda claro es que su conducta, lo desmedido, lo desmesurado, lo agresivo, no empata con lo que yo he conocido de ellos. No empata con una relación previa sostenida con ellos a lo largo de seis años que incluyó la posibilidad de establecer un contrato como este e incorporar elementos como una figura arbitral, un código de ética”.
La batalla jurídica
Aristegui defiende que su incorporación a la plataforma MexicoLeaks no involucraba el uso indebido de la marca Noticias MVS.
“No pagamos, no nos pagaron, no hubo lucro, no iba a haber negocio, no había nada que hablara de beneficio indebido. Lo único que hay es una plataforma que nos va hacer obtener más y mejor información del público, de la gente”.
En todo caso el beneficio sería para la empresa, el noticiero, y la información. “Que pudo haber sido diferente, pudo. Que pudimos haber hablado el tema, pudimos. Que pudieron ellos manifestar una molestia, pudieron y la pudimos haber resuelto, sin duda, en media hora con un café de por medio, no con desplegados inauditos. Realmente no hay ni ingenuidad ni mucho menos, no hay nada de mala fe de nuestra parte”, dice.
Reconoce que no ha tenido contacto con Joaquín Vargas y en este momento diseña con sus abogados la estrategia para garantizar respeto a su contrato. “Nada más, ni nada menos”.
Su caso, dice, no es de carácter laboral, sino de un contrato civil “vigente y firmado” que establece que tiene la responsabilidad de dirigir un equipo de trabajo, “para desarrollar contenidos, debate público, investigaciones, a lo largo de cuatro horas, de lunes a viernes, el tiempo que dure el contrato”.
Reitera su planteamiento a MVS: que reconsidere su decisión y cumpla el contrato. Si eso no ocurre, “exploraremos el amparo de la justicia” porque no es solamente un contrato civil de una persona con una empresa, sino uno cuya ruptura unilateral -entre otras cosas-, ha impedido que el público siga siendo informado.
Sobre su equipo, dice que es un asunto laboral que deberá resolverse por otras vías. Aristegui no está enojada. “No puedo conducirme con el enojo como emoción principal (…) porque parte del manotazo autoritario tiene que ver con que te aniquilen, incluso, emocionalmente”.
Concluye que con la inteligencia, el humor, la creatividad y la imaginación que ha caracterizado a su equipo, darán los siguientes pasos. “Porque si perdemos eso, entonces ahí sí que habrán ganado ellos”.