Por: Jaime Luis Soto.
Ahora que se cumplen 20 años de la muerte de la cantante Selena, permítame el lector contarle una anécdota.
Hace exactamente 10 años, y con el propósito de hacer un reportaje, acudí al ejido El Encinal del municipio de Jiménez para preguntar qué seguían pensando sus habitantes de YOLANDA SALDIVAR, la asesina de SELENA y que supuestamente había nacido en ese lugar.
Famoso por su machacado, El Encinal fue un pueblo a donde llegaron en tropel periodistas de Estados Unidos poco después de que YOLANDA acabara con la vida de la llamada reina del
tex-mex en un cuarto de hotel en Corpus Christi, Texas.
Cuando llegué a El Encinal, a finales de marzo del 2005, me encontré con que sus habitantes no querían saber absolutamente nada de SALDIVAR.
Incluso, muchos exigieron que ya nadie preguntara por esa mujer.
Uno de ellos me aseguró que nadie olvidaba como El Encinal se hizo famoso en este ingrato mundo solo porque existía la versión de que la mujer que mató a SELENA ahí había nacido.
Y que nadie olvidaba como los periodistas gringos, días después de aquel fatídico 31 de marzo de 1995, prácticamente acosaron a los moradores de El Encinal para que hablaran de la infancia de YOLANDA SALDIVAR.
Fue, dicen, una locura ver los vehículos de prensa de los periodistas estadounidenses recorrer una y otra vez las polvorientas calles del poblado en busca de declaraciones que ayudaran a acrecentar el morbo.
“Querían que dijéramos que todos conocíamos a esa tal YOLANDA cuando muchos ni nos acordábamos de ella, otros de plano nunca la vieron aquí de niña”, me aseguró uno de los entrevistados.
En resumidas cuentas, llegué a la conclusión que sus habitantes querían que El Encinal siguiera siendo famoso por su machacado y no por YOLANDA SALDIVAR.
Algo que me pareció muy lógico…
Lo cierto es que en 1995, Tamaulipas fue noticia internacional por el simple hecho de que la asesina de SELENA era –supuestamente- originaria de un pueblo de Jiménez.
Triste coincidencia…
La gran verdad es que desde entonces los periodistas, tanto nacionales como extranjeros, han tenido la terca costumbre de resaltar las noticias negativas que ocurren en nuestro Estado.
Pero, pese a todo, no debemos olvidar que aquí también ocurren cosas muy buenas, todos los días, en todos lados.
Y creo que los tamaulipecos debemos de enfocar nuestros esfuerzos para precisamente dar a conocer las cosas buenas que están pasando en nuestro territorio.
A todos nos beneficia que México y el mundo sepan que en Tamaulipas se está trabajando con muchas ganas para tratar de salir adelante, a pesar de todas las adversidades.
Si YOLANDA SALDIVAR en realidad nació en un pueblo de Jiménez no es culpa de ningún tamaulipeco. Pudo haber nacido en cualquier punto del planeta.
¿O no…?