Por: Arturo Rosas H.
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Hace poco más de 30 años, doña Dolores Estrada Jaramillo, llegó a la colonia México. En la esquina de las calles de Tulum y Monte Albán, construyó las primeras paredes de su vivienda que hoy, se ven vacías por dentro y por fuera.
A las 9 de la mañana, los actuarios y elementos de las fuerzas estatales, notificaron a Doña Dolores el proceso de desalojo, que iniciarían para cobrar una deuda que inició por 3 mil pesos desde el 2007.
“Ni siquiera ella adquirió la deuda, Doña dolores fue el aval de su hija, Blanca Guadalupe, quien pidió el dinero prestado al pastor de la Iglesia evangélica Arturo Martínez Moctezuma, para poder salir de un problema económico”.
Herlinda, es una de las líderes del PRI en la colonia y junto con otras mujeres, llegó a encarar la situación judicial, pero ya fue imposible frenar el desalojo.
Doña Dolores Estrada, tiene 75 años de edad y aun es responsable de cuidar a un hijo que tiene problemas de salud.
“No me voy a mover de aquí, esto lo hice con mucho esfuerzo. Es una injusticia, lo que me hicieron”.
La mirada de Doña Dolores esta perdida, sostiene un plato de comida que uno de los vecinos le ha dado para darle de comer a su hijo de 50 años.
Su pulso es inestable, tiembla, y se manifiesta cuando sostiene con su mano derecha el plato con comida.
“Tengo los achaques normales de mi edad, pero estoy muy nerviosa”.
A fuera de la casa de Doña Dolores, están sus rosarios, las imágenes y las figuras de la virgen.
La gente sacó una carpa para instalarla casi en la calle y protegerla de los 27 grados que se sentían en ese momento. “Aquí voy a vivir ahora, no me voy”.
En una silla, esta sentado su hijo, muy cerca de la puerta principal de lo que era su casa.
Ella no se mueve de ahí, hay unas niñas y un vecinos que están cerca.
A su alrededor, están los viejos muebles retorcidos, los colchones están agonizando podridos y hay zapatos que muestran muecas de dolor.
Los vecinos de inmediato se solidarizaron, no hay nada que ocultar. Los vecinos comprueban cómo vivía Doña Dolores.
“Ella fue el aval, cuando su hija pidió el dinero prestado al pastor de la Iglesia, se pagó una parte y hay recibos donde se comprueba este hecho”.
Herlinda Verdines, narra el origen que termino en el desalojo. “Lo que se adeudaba en total eran ochocientos pesos. De esta cantidad, se fue a cincuenta y un mil setecientos pesos, donde la señora ya no puede pagar en el 2009”.
Después de esa fecha, Doña Dolores enfermó y tenía que cuidar a su hijo que esta paralitico. A partir del 2009, la deuda de 51 mil 700 pesos, creció hasta que rebasó el valor de la propiedad estimada en más de 400 mil pesos.
En el 2009, el Pastor Arturo Martínez Moctezuma, amigo de la familia, vio que sería imposible recuperar su dinero y decidió vender y endosar el pagaré a Benito Román Cano Guevara, quien inició el proceso judicial para demandar el pago de su dinero.
“Al final el juicio se perdió, los abogados que asignó la Presidencia Municipal descuidaron el tema y el resultado es este, un desalojo en plena campaña, bonito favor se hacen los candidatos”, remata Verdines.