(Agencias)
Ciudad de México.- Relajado pero algo “blindado”, así se presentó Juan Goytisolo en su primera comparecencia pública dos días antes de recibir el Premio Cervantes, un galardón que, según afirmó, “ha sido más fuente de preocupación que de satisfacción. Me ha gustado la alegría de mis amigos”.
Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) es uno de los escritores que más rechaza todo lo institucional, un heterodoxo, un pájaro solitario dedicado a recuperar lo que se quedaba en España al margen del canon restrictivo y nacional católico, pero a pesar de ello, no ha podido rechazar el Cervantes, el máximo galardón de las letras en español.
“No se puede rechazar el Cervantes, sería como rechazarle a él, aunque sí que me sorprendió, porque sabía que no había voluntad de dármelo”, precisó el autor de Señas de identidad.
“Me siento como un polizón en un trasatlántico”, aseguró el escritor afincado en Marraquech desde hace años, al tiempo que confirmaba que no llevaría chaquet a la ceremonia de entrega, como manda la tradición.
Goytisolo no quiso desvelar el contenido de su discurso; pero eso sí, aseguró que será breve (tendrá tres hojas y media) y que intentará decir mucho con pocas palabras.
Goytisolo depositó, como marca la tradición, su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Fue un poemario, titulado Devocionario, con dos citas de San Juan de la Cruz, y un manuscrito “complejo”, mezcla de memoria, autoficción y “una especie de inventario”.
“Cuando se abra esta caja yo no estaré para verlo”, dijo el escritor que recibirá el Premio Cervantes mañana en Alcalá de Henares.