(Agencia)
Ciudad de México.- Investigadores del Departamento de Ciencias e Ingenierías de la Universidad Iberoamericana Puebla desarrollan un proyecto en Fonocardiografía computarizada que, de manera digital, procesa los sonidos del corazón humano y detecta indicios de algún problema de salud, con lo que se podría canalizar más rápidamente a los pacientes a una revisión especializada.
Juan Carlos Colín Ortega, académico de dicho departamento, mencionó que este proyecto auxiliará a los médicos con poca experiencia, principalmente los que se ubican en zonas con población más vulnerable.
El instrumento es similar a un estetoscopio, pero consiste en utilizar la campana con un micrófono de bajo costo, la cual se coloca en el pecho. Si bien el micrófono no fue diseñado para registrar un sonido como el del corazón, sino para la voz humana, el sonido del tejido puede percibirse aunque vibre a frecuencias mucho más bajas.
La terminación de la campana culmina en una entrada para la computadora donde el sonido es registrado. “Los médicos asignados a clínicas de zonas marginadas o apartadas son recién egresados y sin mucha experiencia, específicamente en la revisión del funcionamiento del corazón de los pacientes. Es cuando la ingeniería ayuda en el proceso de diagnóstico”, explicó.
IMPACTO SOCIAL. El proyecto comenzó hace cerca de tres años por la inquietud de averiguar cómo, a través de la tecnología y a bajo costo, se podría apoyar a que más gente tenga acceso al servicio médico efectivo mediante instrumentación.
Explicó que conforme los estudios son más sofisticados son más caros, entonces el beneficio le llega a quienes pueden pagar, porque ciertamente hay muchas patentes de equipo médico desarrolladas por empresas mundiales.
El equipo de la Ibero —conformado por cinco personas entre estudiantes de ingenierías Industrial, Mecatrónica, y en Sistema— también desarrolló el programa que graba los sonidos que emite el corazón durante la auscultación.
En este proyecto participan, con asesorías, médicos especialistas en cardiología de hospitales privados de gran renombre.
Juan Carlos Colín Ortega mencionó que como en todo proyecto técnico, el principal obstáculo ha sido el ruido ambiental, porque además de grabar el sonido del corazón se llega a grabar la voz del paciente, de gente en los pasillos, de la ropa rosando, del movimiento de muebles, y otro tipo de ruidos.
Como no es un proyecto liberado, se prevé que la comercialización sea otro obstáculo, por lo que están buscando una vía para que las instituciones de salud pública puedan usarlo, y no venderlo a una fábrica como una patente para que sólo beneficie a quienes pueden pagarlo.
Actualmente el proyecto de “Fonocardiografía computarizada” está en fase de prueba, y el objetivo es que funcione sin tener un electrocardiograma, dijo.
El siguiente paso es trabajar en la comercialización, darle un diseño exterior, cotizar cómo cubrir las garantías, y en un año se puede ofrecer ya a alguna institución.
“Necesitamos el convencimiento de instituciones, probablemente públicas para que nos apoyen con presupuesto para, en primer lugar, desarrollar el primer prototipo funcional”, comentó el investigador.