Por: Isaac Molina Zapata
A nadie le debe quedar la menor duda que algo está pasando al interior del Partido Acción Nacional, pues aunque sus militantes señalaron en su momento (de dientes para afuera) que irían unidos a la elección, los hechos demuestran lo contrario. La estrepitosa y humillante derrota del blanquiazul en Tamaulipas, encendió los focos rojos no sólo en la dirigencia estatal sino también en todas las locales.
Aunque aquí el que debe cargar con la mayor responsabilidad de los resultados de la contienda pasada, es su presidente César Augusto Verástegui Ostos, El Truco, quien llegó a la dirigencia del blanquiazul sobrado en confianza y con un dejo de arrogancia que hacía pensar que el PAN volvería a ganar.
Recordemos que el anterior jerarca panista estatal, José Alberto López Fonseca, entregó un partido ganador, pero Verástegui Ostos pecó de confianza y de engreído; las consecuencias están a la vista.
En primer término El Truco debe reconocer que no supo llevar por buen camino el trabajo de conciliación al interior del panismo, tan es así que el divisionismo que se dio al entrar en funciones terminó por cavar la tumba del PAN.
Además, hay que recordar también la manera en que llegó El Truco a la dirigencia estatal, con una serie de acusaciones en su contra por la descarada compra de votos en plena elección interna en la capital; El Truco debe recordar también de las traiciones que se dieron en su elección; debe recordar también que logró llegar a la presidencia del partido por la desmedida compra de votos por sus seguidores en varios municipios.
Ahora es señalado por sus mismos simpatizantes, como ya lo hizo Kiko Elizondo al echarle en cara que se escogieron a los peores candidatos en todo el estado. De igual forma el regidor de Tampico Julián Zorrilla, afirmó que César Verástegui era el que tenía la batuta por lo que es el único responsable, que le faltó más trabajo de convencimiento con los tres prospectos para la candidatura a la gubernatura, para cerrar filas; si no lo hace pronto se van a repetir los resultados.
Además, es insoslayable que la salida forzada de López Fonseca de la dirigencia estatal, cuando tenían la elección encima, afectó demasiado, y eso lo pagó caro El Truco.
En caso de que la permanencia del presidente del partido dependiera de los resultados, Verástegui tendría que salir de inmediato de la dirigencia.
Lo peor de El Truco es querer buscar culpables y decirles a Cabeza de Vaca, a Lety Salazar y a Cantúrosas que se ubiquen en su justa dimensión, cuando el único que debe tener bien puestos los pies en la tierra es él.
Para finalizar, el famoso Truco tiene una tarea muy difícil, pues alguien que llega a la presidencia del partido cuestionado y en su primera contienda es apaleado por el PRI, no tiene la autoridad suficiente ni la calidad moral para seguir al frente de un partido que es visto por la ciudadanía como un real contrapeso del gobierno. Para muchos panistas, desde ya El Truco debe renunciar, antes de que suma al PAN en un pozo sin fondo, y lo orille a otro doloroso descalabro.
Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.