Cuando el panismo porteño (y se supone que también el estatal), está llamando a todos los liderazgos a cerrar filas, repentinamente llega un personaje que en antaño encabezaba un importante grupo del PAN en la ciudad, el cual se había auto desterrado de Tampico.
Sin haber vivido en carne propia las batallas propias de los últimos procesos electorales, este personaje quiere llegar y como si nada hubiera pasado, pretende pasar por encima de otros panistas que tuvieron que agarrar el toro por los cuernos y mantener a flote el partido, a pesar de que muchos como él abandonaron el barco.
Radicando en la ciudad de Monterrey, y amenazando con regresar al puerto jaibo a apoyar -según él- la causa azul, lo más probable es que Jesús Nader Nasrallah llegue a un lugar donde nadie lo llama, a un lugar que abandonó a pesar de dejar a su partido con muy pocos liderazgos activos; a un lugar que en su tiempo necesitó de su presencia y de su apoyo, pero que él nunca escuchó ni pensó en voltear.
Ahora, según informes de la misma militancia, Chucho Nader tiene una tarea encomendada por el gobierno y el PRI, hacer lo que en su tiempo hizo Magdalena Peraza: dividir al partido. Y es que sabedor de las pillerías que aseguran hizo Nader Nasrallah al frente de la Delegación del IMSS en Tamaulipas, no tuvo otra opción que aceptar (a chaleco) el favor que el sistema le pidió, y que servirá para, otra vez, tratar de hacer perder al PAN en Tampico.
Por ello, desde hace unos días, Chucho se placea en el puerto, dejándose ver en los cafés con los distintos líderes de Acción Nacional en Tampico, como el químico Sergio Salazar Salazar, Germán Pacheco, y otros más, para comenzar a crear la polémica y sembrar la semilla del encono en esos grupos.
Pero se olvida que esos liderazgos como Pacheco, el químico, el mismo Sergio Meza, Hilda Gómez, David Gómez, Julián González, etc., son los que se encargaron de que el panismo local siguiera de pie, a pesar de quienes se fueron y dejaron a la deriva el mismo, como Jesús Nader, Diego Alonso Hinojosa, Arturo Elizondo.
Sin embargo, Chucho Nader puede hacer lo que quiera, pues es un ciudadano como todos, lo que cuenta es que la militancia lo vaya a tomar en serio, a sabiendas de que es claro el objetivo que tiene en mente el comerciante de uniformes, con raíces árabes. Y ni modo de pensar en que buscará ser candidato a alcalde, pues todos sabemos que por su origen simplemente se le impedirá llegar. A Jesús Nader se le agradecerá su apoyo personal a algunos miembros activos del PAN, pero hasta ahí, pues cómo es personal, puede haber compromisos personales, no institucionales.
Por eso, si de verdad Chucho Nader quiere un poquito al PAN, debe dejar de hacer grilla de la mala. Qué bueno que ayude a sus compañeros de partido, pero que no perjudique al instituto político, sobre todo ahora en que la mayoría de los liderazgos están de acuerdo en cerrar filas y hacer un llamado a la unidad.
Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.