En Tamaulipas y las diversas zonas rurales de México el sonido de la mujer no es canto ni risa, es un sollozo.
El aromático caldo de hormonas que se cocina en cada una de las viviendas es distinto, cada una tiene su sazón, hasta los ingredientes propios para conquistar el olfato o espantar a los comensales.
Las historias salen poco a la luz, los domingos se pasean en la plaza pero regresan para dormir al mismo lugar y se ignora la pena, pues el caldo de hormonas con dificultad se comparte. Alcanza sólo para unas cuantas.
En el siglo XXI en el ejido “La Tapona” de Tula, Tamaulipas, se cuece a fuego lento uno de esos caldos de hormonas.
Ahí la voz de las mujeres se ahoga.
Es un pueblo controlado por varones que se niegan a que la modernidad o ideas de empoderamiento envenenen a las mujeres.
Los únicos que las viven son los maestros o los doctores que llegan a atender enfermos en el lugar.
Ahí los hombres bajo las costumbres de su comunidad han decidido que a las reuniones escolares sólo asisten los varones, se fija una cuota para quienes no asistan y casualmente las instancias pertenecen a las mujeres, quienes no pueden ingresar para no violar la norma.
Esas mujeres no cuentan con pareja, son madres solteras o esposas en espera de algún hombre que emigró a los Estados Unidos.
Y sobre ellas recae una cuota económica para enmendar la falta a los deberes con los hijos.
En las zonas rurales la violencia hacia la mujer quizá es peor por temor a ser señaladas…
“Aquí los hombres tienen una educación de machos y eso les hace pensar que la mujer se casa para estar en la casa, si uno trabaja, creen que no nos conformamos con lo que nos dan los hombres o que busca andar de más”, dice una de las pocas mujeres que se atreve a romper el silencio en un grupo de crecimiento del Instituto de la Mujer Tamaulipeca en la región.
La vía institucional por la que se busca llegar hasta la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en busca de una intervención en aquella zona, pues los maestros poco pueden hacer ante las costumbres y el control de los hombres en una comunidad.