Cd. de México.- La astrónoma Silvia Torres me brinda un breve recorrido por los vitrales del siglo XIX que se encontraban en el antiguo Observatorio de Tacubaya. Después de varios años almacenados, las piezas fueron restauradas y llevadas al Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, en Ciudad Universitaria. Lucen espléndidos, montados sobre uno de los pasillos que rodean la jardinera central del instituto, que funciona como tragaluz para iluminarlos.
Entre los vitrales de Newton, Galileo y el Escudo Nacional, el favorito de la investigadora es el titulado El hombre y el Universo, de cuyo grabado original se desconoce el autor, pero ha sido relacionado o adjudicado a Camille Flammarion, famoso divulgador científico del siglo XIX.
La imagen, original en blanco y negro, ha sido utilizada en muchas ocasiones para representar el descubrimiento de la astronomía por el hombre, el inicio de una larga carrera por el conocimiento, que científicos siguen construyendo todos los días para entender mejor el cosmos.
Muchos de estos hombres y mujeres forman parte de la Unión Astronómica Internacional (UAI), conformada por 11 mil astrónomos profesionales de 73 países, la cual será presidida por Silvia Torres-Peimbert, la astrónoma de nuestro país con la mayor trayectoria en esta ciencia.
La investigadora emérita del IA, del que fue directora, será la segunda mujer al frente de la UAI —después de la francesa Catherine Cesarsky, en el periodo 2009-2012— cuando tome posesión de su presidencia, el próximo 13 agosto. En entrevista, relata algunos aspectos de la Unión, sobre sus áreas y la manera en la que se lleva a cabo la investigación astronómica en la actualidad.
Será en la próxima asamblea general de la UAI, en Honolulu, Hawai, cuando la mexicana reciba la estafeta por parte del astrónomo japonés Norio Kaifu. La asamblea tendrá una duración de dos semanas y un día antes de su clausura se llevará a cabo la ceremonia formal del cambio de presidencia.
“La UAI es una organización modesta, con pocos fondos que utiliza para fomentar la educación astronómica, la organización de simposios, así como la promoción y cuidado de la astronomía en todo el mundo”.
La Unión tiene 9 grandes divisiones que abarcan todas las áreas de la astronomía, que a su vez se dividen en cerca de 35 comisiones con distintos temas y grupos de trabajo, como el fomento de más mujeres en astronomía o el seguimiento de asteroides errantes en el sistema solar.
Torres-Peimbert explica que los astrónomos trabajan sus temas de forma individual desde su país e instituto, pero la UAI —que en 2006 redefinió el concepto de planeta y degradó al recientemente aludido, por la sonda New Horizons, Plutón— es una forma de agruparlos entre sí. “Aún así, no tiene poder ni mando sobre su trabajo de investigación, sino la aceptación de los astrónomos para establecer cooperación entre ellos”. Con sede administrativa en París, los miembros del comité directivo permanecen en los centros de investigación de sus países, pero mantienen comunicación constantemente.
EL “CLUB DE TOBY”. La UAI se compone por 11 mil astrónomos, pero se calcula que en el mundo hay alrededor de otros 22 mil, dice Silvia Torres. No obstante, la Unión es una buena muestra representativa sobre las nacionalidades y los grupos de trabajo que existen internacionalmente.
Para la miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y del Seminario de Cultura Mexicana, esta cifra de astrónomos es relativa, puesto que podría parecer suficiente para países desarrollados, aunque la representatividad de los subdesarrollados no es equivalente.
“En México, por ejemplo, hay más de 250 astrónomos profesionales, pero son pocos para el número de habitantes que tenemos. Nos hacen falta más, sin embargo, nos enfrentamos a otro problema porque no tendríamos forma de ofrecerles empleo debido a que no hay suficientes plazas en las universidades o centros de investigación”.
No obstante, entre los proyectos que está más interesada en impulsar es el acercamiento de las sociedades a la astronomía, principalmente de los países subdesarrollados. Esta es una de las actividades que de la UAI inició en 2009, como parte del Año Internacional de la Astronomía, y la cual se desenvuelve en la difusión de esta ciencia en distintos niveles. Este interés coincide con los trabajos de divulgación de la ciencia que Torres-Peimbert ha realizado en nuestro país.
Ahora bien, otro tema constante en astronomía y ciencia es generar una mayor inclusión de mujeres en éstas. No obstante, la científica refiere que ese panorama ya está cambiando.
La Unión Astronómica Internacional —de la cual sólo el 16% de sus agremiados son mujeres— se fundó en 1922 y está por tener a su segunda presidenta. “Era el ‘Club de Toby’”, dice la astrónoma, y si bien en el mundo se ha ampliado oferta y hay un número creciente de investigadoras jóvenes, no son miembros de la Unión.
“La UAI es un reflejo del pasado hasta cierto punto, de las personas ya maduras con una carrera establecida, pero hay muchas jóvenes ingresando lo cual me encanta. Esperamos que el porcentaje de mujeres miembros llegue a una mayor proporción”.