EL PUNTO ES… Que la desigualdad y la pobreza por sí mismas, no parecen ser causas de inseguridad, sin embargo, la corrupción si es un factor determinante que incide en este tema que a todos nos duele.
Recientemente la organización ciudadana “Semáforo” realizó un estudio para medir precisamente la influencia de la desigualdad, pobreza y corrupción en las condiciones de inseguridad que viven los estados de la república mexicana.
Sorprende que estos dos primeros factores, no muestran una correlación directa con los niveles de inseguridad, pero sí la corrupción, que no es otra cosa que la percepción que tiene la ciudadanía sobre lo poco confiable que resultan las autoridades.
EL PUNTO ES… Que se identificaron dos tipos de corrupción entre las autoridades y los ciudadanos: La forma tradicional de “mordidas” y raterías menores y la corrupción de alto riesgo donde se involucra el mercado negro de las drogas.
En la primera forma de corrupción se engloban desde los “moches” que se le dan a un agente de tránsito y vialidad para evadir una multa, hasta un “propina” para acelerar procedimientos burocráticos en oficinas gubernamentales, escuelas y universidades.
La segunda forma de corrupción se refiere a los casos cuando las mafias se posesionan de un lugar a través del viejo precepto de “plata o plomo” y las autoridades municipales son incapaces de defenderse y ceden a sus presiones.
EL PUNTO ES… Que en este escenario, la corrupción si se percibe como un factor determinante que genera inseguridad, por ello, las nuevas estrategias para regresar la paz y tranquilidad a los estados vulnerados por el crimen incluyen directrices tendientes a erradicar la corrupción.
La depuración de cuerpos policiacos, nuevas contrataciones sujetas a los controles de confianza del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Mandos Únicos y generalmente militares, no son meras ocurrencias, sino estrategias definidas con sustento real.
En la medida en que tengamos policías más confiables y profesionales, tendremos mejor aplicación de la ley y mayor confianza de la ciudadanía para caminar de la mano de la autoridad en las estrategias que retornen la paz y tranquilidad a las ciudades.
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