El Senado aprobó la Ley de Derechos, Ingresos, y Miscelánea Fiscal, en su estilo oprobioso: dictámenes aprobados en Comisiones, en acuerdo soterrado, sin análisis ni discusión, a las 6 de la tarde, sometiéndolos de inmediato al Pleno, obviamente desconociéndolos sesionó de las 8 de la noche a las 5 de la mañana.
Votaron PRI y su apéndice el Verde, sin debatir, en silencio, pactados los votos de la mitad del PAN y más de la mitad del PRD, críticos pero aquiescentes al fin; el horario provocó deliberadamente agotamiento físico, el atraco a la población operó en la obscuridad, en el sigilo, como actúan los malhechores y la ausencia, por sueño, de los medios de comunicación, que al día siguiente, salvo excepciones, se limitaron al boletín oficial. Así se impuso el paquete económico, definiendo un año más de política económica depredadora.
El paquete fue aplicación insensible del modelo neoliberal, que impone desigualdad, precarización, desempleo, salarios incapaces de cubrir las necesidades elementales, profundizando el debilitamiento del Estado, dejando a la población sometida a los intereses de gobiernos y corporativos extranjeros.
Se aprobó así el mantenimiento de la subordinación de México al sistema económico norteamericano, a las decisiones de la Reserva Federal de EU, que atan el tipo de cambio y la tasa de interés, imponiendo las prioridades del capital especulativo transnacional, asegurándoles ganancias extraordinarias.
Se aprobó la preservación de los privilegios fiscales y regímenes especiales de los grandes grupos económicos apoderados de la minería, telecomunicaciones, banca e infraestructura, que sólo pagan en promedio 14% de ISR, incluso hasta el 1% según la Bolsa de Valores, en tanto las personas físicas pagan el 35%. Mantener los salarios bajos asegura el funcionamiento del modelo, sometiéndonos al sistema internacional de división del trabajo, salario-mano de obra barata, al estilo colonial, sacrificando el poder adquisitivo de nuestras mayorías.
Se votó profundizar la dependencia de la inversión externa, obligándonos a sostener su rentabilidad, abandonando los intereses nacionales más elementales. Se votó el modelo que mantiene a la mitad de la población en pobreza creciente, dos millones más de pobres, aportación de Peña Nieto, ubicándonos en el lugar 153 de 189 países con mayor desigualdad; donde el 1% de la población concentra el 21% de la riqueza, apoderándose del exiguo crecimiento, impidiendo su distribución equitativa.
Se aprobó un gasto corriente dispendioso, en la supuesta austeridad, 60 mil millones más, menos inversión pública y déficit público del 3% del PIB. Entre mentiras y simulaciones se aprobaron miles de millones de pesos sin destino, dejándolos a la discrecionalidad del Ejecutivo.
Los Senadores de la mayoría eludieron analizar el contenido real del paquete económico y sus efectos, el debate quedo en distractores como el “heroico” rescate de los impuestos a los refrescos o el supuesto freno a “los moches”, fingiendo desconocer que son prácticas corruptas operadas por Hacienda para comprar voluntades legislativas, ya los están reinstalando en Diputados.
Ejemplar es el carácter perverso del precio de las gasolinas y el diesel, impuesto oculto, a libre disposición de Hacienda, que calculan en 189 mil millones -6% del presupuesto nacional- pero que llegara a más de 280 mil millones, entregando más de 100 mil millones al manejo discrecional del gobierno.
Les ha funcionado la truculencia para imponer legislaciones económicas contrarias a los intereses del pueblo, ocultado por la desinformación de los medios de comunicación, haciéndolas pasar desapercibidas, pero será inocultable el crecimiento de la pobreza para sus víctimas, la soez concentración de la riqueza y la hegemonía del capital extranjero; por lo que, tarde o temprano, despertará la población expoliada, ofendida y expulsará a los traidores, del usufructo personal de las instituciones.
MANUEL BARTLETT DÍAZ
SENADOR DE LA REPÚBLICA
@ManuelBartlett