Ciudad de México.- Michael Phelps habló a Sports Illustrated de la etapa más oscura de su vida, que terminó con el genial nadador arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol.
“Estuve en un lugar muy oscuro. No quería estar vivo”, confiesa. Phelps estuvo 45 días en una clínica de rehabilitación, “fue el momento en que sentí más miedo en mi vida”.
Bob Bowman, su entrenador, cuenta en el artículo que “vivía con el miedo de que algún día alguien llamara para contarme algo que había pasado con Michael. Pensé que por el camino que iba a acabar matándose o acabar el alcohol. Se notaba que sentía el peso de sus acciones. Sabe que hay muchos niños mirando cada cosa que hace. Sabía que había decepcionado a la gente y no tenía idea de lo que iba a suceder”, añadió.
Ahora Phelps se ha recuperado y sus entrenadores están impresionados. En agosto, mientras sus compañeros estaban en el Mundial de Kazán, él compitió en los nacionales de San Antonio y marcó un 1’52.94 en 200 mariposa, su mejor marca desde su récord del mundo en 2009.
“He reducido significativamente mi grasa corporal. Estoy más delgado que nunca” asegura el nadador. “Las marcas son fruto de trabajar, recuperar, dormir y cuidarme más de lo que nunca he hecho”.