Ciudad de México.- Ante la Asamblea Nacional del PAN y en presencia del ex presidente Felipe Calderón y del ex dirigente panista, Gustavo Madero, así como de Margarita Zavala, Josefina Vázquez Mota y gobernadores, el dirigente nacional del blanquiazul, Ricardo Anaya, advirtió que la división “es la mejor receta para las derrotas”, por lo cual pidió generosidad, entrega y unidad a la militancia para fortalecer al partido rumbo a la contienda presidencial del 2018 y regresar a Los Pinos.
Anaya parafraseó un verso del poema narrativo El Gaucho Martín Fierro, escrito por José Hernández en 1872, para advertir que si persisten los enconos y conflictos internos en el PAN, serán “devorados por los de afuera”.
“Como dice uno de los versos de El Gaucho Martín Fierro: `Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera; tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera`.
“La división es la mejor receta para la derrota, necesitamos unidad en Acción Nacional, por ello vamos con unidad”, dijo.
Durante su discurso en la LVIII Asamblea Nacional del PAN, Anaya también aprovechó para fustigar los “viejos vicios” del PRI y el “estatismo depredador” de Andrés Manuel López Obrador. “Por el bien de México, ni más priísmo de los viejos vicios ni el estatismo depredador de López Obrador”, estableció.
APLAUSÓMETRO Y DESAIRES. Pese a las diferencias y hasta agravios que se han lanzado, Anaya pudo reunir a calderonistas y maderistas en la LVIII Asamblea panista, como el mismo ex presidente Felipe Calderón y Gustavo Madero, hoy diputado federal, pero ni el llamado a la unidad del líder panista logró limar asperezas entre ambos.
De hecho, Madero tuvo que soportar un desaire de Calderón cuando se retiraba y se prodigaba en abrazos a los integrantes del presídium, pero cuando avanzaba y tocaba el turno al ex dirigente nacional del PAN, el ex mandatario dio la espalda al actual diputado federal.
Antes, Madero sólo recibió un frío y rápido saludo de parte de Calderón, quien apenas si rozó la mano del ex dirigente panista.
El evento también sirvió para medir el pulso sobre simpatías para los personajes de este partido, donde el mismo Calderón y su esposa, Margarita Zavala, elevaron el aplausómetro hasta lo más alto.
Sólo Luis Felipe Bravo Mena y Josefina Vázquez Mota lograron niveles similares en la simpatía de los panistas. Caso contrario fue Madero, quien apenas si generó palmas entre los presentes.