Ciudad de México.- La campaña de insultos y ataques xenófobos de Donald Trump ha logrado mantener al magnate en lo más alto de la popularidad entre las bases conservadoras, pese al malestar de la cúpula del Partido Republicano, pero con la propuesta que hizo el lunes de prohibir la entrada de musulmanes a Estados Unidos, a los que equiparó así con los terroristas del Estado Islámico (al igual que en su día equiparó a los inmigrantes mexicanos con los criminales del narcotráfico) el magnate populista cruzó una línea roja y podría ser considerado a partir de ahora un apestado, no sólo por sus compañeros de partido, sino por la clase política, dentro y fuera de EU.
En este sentido, el portavoz del presidente Barack Obama, Josh Earnest, declaró que lo que dijo sobre los musulmanes “le descalifica para ser presidente”.
“Los líderes conservadores deberían decir ya mismo que no apoyarían a Donald Trump para presidente”, declaró y recordó que Trump estaría violando al menos dos leyes de la Constitución de EU, la que garantiza la libertad de culto y el debido proceso.
“Charlatán de carnaval”. En un tono inusualmente duro, Earnest declaró, además, que los comentarios de Trump sobre los musulmanes son “profundamente ofensivos y tóxicos”, y pueden tener consecuencias para la “seguridad nacional”.
Según Earnest, la campaña de Trump es, desde hace meses, una “rutina de charlatán de carnaval”, con “mentiras descaradas” y “consignas vacuas”.
En alusión al comentario del vocero de Obama, el presidente de la Cámara de los Representantes, el republicano Paul Ryan, dijo que Trump “no representa al partido ni al país”.
El alcalde de San Peterbusgo (Florida), Rick Kriseman, usó las mismas palabras de Trump, que ayer se reafirmó en su ataque antimusulmán y asegurá que recibió miles de apoyos, para anunciar que restringirá la entrada del magnate en esa ciudad “hasta que se compruebe que no es un peligro su presencia”.
Las palabras de Trump no dejaron tampoco callada a la propia ONU que, en contra de su costumbre de no comentar contiendas electorales, expresó su preocupación.
“No creemos que nadie deba seguir retóricas que se basen en la islamofobia, la xenofobia o cualquier otro llamamiento al odio de algún grupo”, dijo el portavoz Farhan Haq.
Fuera de EU, miles de británicos firmaron una petición por internet para que la universidad escocesa Robert Gordon retire un doctorado honorífico a Trump por su “discurso del odio”.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, dijo estar “completamente en desacuerdo con los comentarios de Donald Trump, que causan división, son inútiles y simplemente equivocados”.