El director general de Pemex, José Antonio González Anaya, anunció ayer que la empresa productiva del Estado adquirió un crédito por 15 mil millones de pesos con la banca de desarrollo Nafinsa, para comenzar a pagar en los próximos días, las deudas que tiene con el 90 por ciento de sus proveedores.
Se trata, explicó, de pequeños y medianos proveedores que tienen entre 80 y 85 millones de pesos en el adeudo con Petróleos Mexicanos: “No es un pasivo deseable ni para Pemex ni para las empresas”, reconoció.
Anunció que Pemex cancelará el contrato de arrendamiento de aeronaves privadas por un monto de 2 mil 445 millones de pesos, firmado por su antecesor en el cargo, Emilio Lozoya Austin, debido a que “no representaba las mejores condiciones para la empresa. Se va a reponer el proceso dentro de los cauces de la ley”, aseguró.
Frente a la insistencia de diputados del PAN, PRD y Morena, para exigir cuentas precisamente a Lozoya, el nuevo director de Pemex afirmó que la empresa “va a actuar conforme a estricto derecho y vamos a colaborar con las autoridades competentes, si hubiera y se encontraran irregularidades”.
Durante su comparecencia ante los integrantes de la Comisión de Energía en la Cámara baja, que se prolongó por cerca de tres horas, el funcionario detalló que 29 mil millones, de los 100 mil millones que se recortarán al gasto de Pemex, serán en rubros innecesarios y no esenciales como viajes y viáticos.
González Anaya centró su participación en el asunto para el que fue llamado por los diputados: El recorte por 100 mil millones de pesos a la empresa productiva del Estado.
Justa esa en la que se inscriben, de entrada, esos 29 mil millones de pesos que se concentran en el adelgazamiento del corporativo.
El funcionario reconoció que se “espantó” cuando se habló de dicho recorte, pero luego quedó claro que dicho ajuste no significa dinero que le vayan a quitar a Pemex de su presupuesto, sino que se trata de recursos que no le van a llegar, como resultado de la baja en los precios internacionales del petróleo, por lo que se trata de ajustarse a esa realidad, en la que el precio del barril ya no será más de 100 dólares, sino de 50 o menos.
El segundo rubro de recorte, explicó, es de unos 65 mil millones de pesos dividido en Pemex Transformación y Pemex Exploración y Producción, y tiene que ver con el diferimiento y replanteamiento de inversiones, así como en los rubros de modernización y re-configuración de las refinerías.
Sin embargo, dejó en claro que Pemex empleará las facultades que le dio la reforma energética y se asociará con inversionistas privados lo mismo para explorar nuevos yacimientos, que para no detener las re-configuración de las refinerías.