Cuando el PRD anunció que Shira Casar (o como se llame) iba a ser candidata de su partido a la alcaldía, en éste espacio criticamos, y muy fuerte, dicha postulación.
Dijimos en su momento que Shira (o como se llame) no estaba preparada políticamente para gobernar nada más ni nada menos que la capital del estado.
Señalamos que Victoria necesitaba una persona con mucho más experiencia, una trayectoria probada y con ideas claras para poder dirigir los destinos de ésta localidad urgida de buenos gobernantes.
Incluso, dejamos en claro que ojalá y no le ocurriera a Ciudad Victoria lo que sucedió en Cuernavaca con Cuauhtémoc Blanco que la gente votó por el personaje y no por el gobernante y que hoy sufren las consecuencias de un inexperto como alcalde.
De hecho también tocamos el asunto de su carácter, el cual, había dado muestras de no ser el apto para ser alcaldesa y así lo demostró en Big Brother y por eso la expulsaron del programa.
Todo eso mencionamos y lo seguimos sosteniendo.
Pero eso es muy diferente a las críticas que hoy recibe ésta chica y que van más allá, que van a la persona, que van a su integridad.
Es dónde preguntamos en dónde están todos “y todas” esos “y esas” defensores “y defensoras” de la igualdad de género.
¿Acaso sólo defienden a las mujeres pobres y con rostro tricolor?
El asunto es que le han pegado tanto a Shira (o como se llame) que raya en lo fastidioso y no en una crítica constructiva.
He leído, sobre todo en rede sociales, temas que, insisto, van más allá.
Que si el tatuaje. Que si llegó a través de “otros medios”. Que si vende fajas. Que si otra vez los tatuajes. Que si es “aviadora” del Congreso. Que si se acostó o no. Que si posaba en bikini, entre muchas cosas más.
Caray, estamos en pleno siglo 21 y todavía andan con esas cosas.
En primer lugar, el tatuaje nada tiene que ver. Hay leyes avaladas internacionalmente para proteger a las personas que tienen uno, se trata de la no discriminación.
El que venda o no en sus ratos libres fajas, reductivos o lo que sea, es algo nada tiene que ver con que pudiese ser buena gobernante o no. Es más, el que tenga una actividad que le deje ganancias extras habla de bien de ella.
Que si posaba en bikini. No le veo yo nada de malo, además no posaba, concursó en un evento deportivo y nada en nada le afecta a nadie el que lo haya hecho.
Que si es “aviadora” del Congreso. No, las leyes de los servidores públicos le permiten a un burócrata un permiso sin goce de sueldo. Si no, pregúntenle a Blanca Valles.
Y de lo otro, caray, yo les diría que leyeran el punto número dos del “Manifiesto Charolastra”.
Insisto, no he leído ni escuchado a esas defensoras de las mujeres hacer una declaración al respecto como lo han hecho cuando un político opositor se ha expresado mal de alguna dama.
Para Victoria van a contender dos mujeres por la alcaldía y las dos merecen mucho respeto por el simple hecho de ser mujeres, como lo merecen también por igual los varones.
Una cosa es la crítica hacia el político y otro que ofendan la dignidad de la persona y esa no se vale por más mal que les caiga. Ojalá Shira Casar (o como se llame) haga una campaña digna y demuestre ser fuerte, inteligente y con el suficiente temple para gobernar una ciudad. Insisto en que no creo que le alcance, pero confiamos en que haga una campaña digna.
PUNTO FINAL.- “Nadie se queja de tener lo que no se merece”: Jane Austen.
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