Las campañas del proceso electoral no han pasado de roun de sombra de los contendientes por el gobierno de Tamaulipas, pareciera que ninguno de los aspirantes partidistas e independientes, se resisten a aplicarse a fondo, en la conquista del electorado. Más bien han dado muestras de no perder sus cuadros, pues hasta ahora las campañas han sido con las estructuras partidistas.
Incluso en las denominadas “brigadas de impacto”, tienen programado a cuál de los vehículos se acercara el candidato. Por una parte, se debe a las medidas de seguridad adoptadas por los equipos de los aspirantes.
Pero las campañas siguen siendo partidistas. Sin chispa. Falta la tinta de los escribientes de los discursos.
Por el lado del tricolor surgieron los primeros movimientos en el equipo de campaña en el área de comunicación, fundamental en ese tipo esas tramoyas, se espera que haya más cambios, porque las expectativas son mayores y la necesidades son excesivas. El tiempo es corto y apremiante. Quedan menos de 50 días de campaña. Y según encuestas propias y extrañas hay un empate técnico al que pocos tamaulipecos le dan credibilidad.
Y si ya se dieron los primeros cambios es señal de que el equipo tricolor no está funcionando como debería. O bien, no ha alcanzado la compresión adecuada que de el empuje, que el candidato demanda.
Además no hay que ignorar que se trata de un candidato fronterizo, cuya particularidad es su capacidad para enfrentar las circunstancias en corto y sin trámite.
Pero el problema de comunicación no solo es del tricolor sino también del albiazul, porque ninguno de estos ha encontrado una vía propia para comunicarse con la sociedad, pero sobre todo con los votantes.
Por ese motivo sus campañas están sordeadas, aisladas de la problemática social, de la educación, de lo laboral, de la productividad. Son temas que los candidatos, han sido incapaces de releer y por lo mismo sus oyentes, se quedan igual que antes, porque los contenidos no son representativos, para cada uno de los sectores.
Por circunstancias tuve la oportunidad de escuchar a uno de los que buscan ser gobernadores durante un encuentro con los agricultores. A los que les habló de la importancia de dar el paso de productores de granos y lideres en el país a productores de alimentos balanceados. Ignorando que la cultura de los agricultores de esta región, es la de hacer negocios fáciles, no laboriosos. Pero además el agricultor tamaulipeco, estáagotado con las labores agrícolas no así el agricultor del bajío donde los rendimientos por hectárea son mayores y le permiten tener más habilidades y destrezas para buscar un valor agregado.
Ahora resulta que un diputado local del PAN se suma a la campaña del candidato a gobernador del tricolor, los panistas dicen que no les mueve ni un pelo, pero si en cambio creen que los priístas que cambian de bando, son de suma importancia. En fin, solo ellos saben su juego.
Como también creen que sólo ellos saben quienes financian sus campañas electorales. La palancas financieras no es común que asomen la “cabeza” en los actos proselitistas, a veces se dejan ver en reuniones de empresarios, pero prefieren un rol extraño.
Llama la atención de algunos académicos que el presidente del Congreso local haya hecho públicas sus aspiraciones por buscar la rectoría de la Universidad tamaulipeca. Lo que nadie sabe es que le faltan credenciales, porque en los años recientes se ha dedicado a la grilla y no a la docencia en los últimos tres años, como lo establecen los estatutos universitarios. Sucede, que se le acabo la chamba y el perdido a todas va, pero esas culpas no tienen porque cargarlas los universitarios, sobre todo porque tienen un flamante rector, con experiencia y capacidad de síntesis, como se requiere en el claustro.