La presunta intención de los ocho candidatos a la gubernatura de defender entre sí sus propuestas, imagen, antecedentes y sobre todo mostrar que realmente tienen vocación de servir y no intención de servirse, corre el riesgo de convertirse en una revoltura que podría abonar más a la legión indecisa y dar más argumentos a los que no tardan en salir a proponer el no voto.
Por ello antes que hablar o decir que están dispuestos a confrontarse con quien sea y donde sea, los prospectos deben comprometerse a no enseñar el cobre por más desesperación que tengan de recuperar terreno o emparejarse en las encuestas, al ciudadano no le interesan los chismes ni las falsas acusaciones, porque ya no se le puede engañar tan fácilmente vendiéndole un prestigio virtual como hasta ahora se ha pretendido por parte de algunos.
Desde luego que debemos esperar a que se definan los formatos y que cada contendiente precise cuál es su intención al participar, qué es lo que pretenden informar, precisar, a que están dispuestos a comprometerse y sobre todo cuál será la forma en que se podrá medir su eficiencia frente al Gobierno del Estado, porque se habla mucho de transparencia, de rendición de cuentas y ahora es cuando se debe mostrar congruencia.
Queremos que nos motiven para estar atentos al debate y sobre todo a sus campañas, que encadenen sus propuestas con las demandas de la sociedad, con las necesidades que tienen todos los sectores y no sólo la clase pudiente, que prometan, sí, pero que al mismo tiempo implementen, insisto, una forma de evaluar y comprobar que nos hablaron con la verdad.
Que no se confundan los candidatos cuando se dice que las campañas no prenden, que no piensen que se quiere más demagogia para que realmente se sienta el ambiente proselitista. Lo que se pide es que hagan más esfuerzo para convencer a los votantes y que no le apuesten al abstencionismo ni mucho menos al hartazgo, porque nadie queremos cambiar por cambiar, queremos seguridad que habrá eficiencia administrativa y sobre todo menos corrupción.
Un debate en el que se crucen las mismas acusaciones de relaciones o nexos delincuenciales de nada servirá, por el contrario contribuirá a que nuevamente la minoría decida por la mayoría porque ésta no verá con claridad la propuesta en medio de una reyerta. Nos asiste el derecho de exigir respeto a nuestra inteligencia y ahora más que nunca debemos hacerlo valer.
APUNTE.- La suma de contrarios y otra clase de iluminados que han publicitado panistas y priistas como si se tratara de ilustres personajes, de prosapia e imagen impoluta, sólo refleja que la pepena ha cambiado de fechas y ya no sólo se dan previo al registro de candidatos.
Sólo el tiempo dirá si los anuncios hechos con bombo y platillo rendirán las frutos que los equipos de campaña pretenden, porque hasta ahora no se puede meter las manos al fuego por ninguno de los que han integrado, porque no hay antecedentes buenos ya no digamos en cuanto a un desempeño decoroso y sin tacha, sino en beneficio de la Ciudad y Estado que les ha dado a ganar mucho.
Ojalá que quienes realmente quieren ganar no se equivoquen subiendo al barco a quienes lejos de sumarles se volverán una incomodidad.
PENDIENTE.- Algo no concuerda: nos juran que hay estrategia de seguridad pero yo más bien siento que nadan de muertito (s).
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