Dicen, y dicen muy bien que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Hay quienes no creen en ese refrán. Hay otros, que señalan que no hay mejor parámetro que la opinión de un niño.
Mi hija Andrea que el jueves pasado cumplió diez años es una niña muy observadora y siempre le llama mucho la atención, entre otras cosas, la publicidad.
Hace unos días, sin preguntarle nada, sin que hubiera alguna plática previa sobre el tema, me dio a conocer su análisis de los candidatos a la gubernatura y a la alcaldía de Victoria.
Quizás no sea el más exacto, pero sí el más imparcial que he escuchado en lo que va del proceso. Quizás no sea el más exacto políticamente hablando, pero sí es el reflejo de una percepción general.
Usted dirá que Andrea ni siquiera está en edad de votar, así que su opinión pudiese ser lo de menos, es más, a los candidatos y sus estrategas no la tomarán en cuenta.
Pero insisto, es un punto de vista que pudiese reflejar el sentir del ciudadano. Es otro ángulo. Es la percepción de un tamaulipeco común y corriente, sin intereses políticos y sin mensajes cifrados.
Y así los definió, incluso en éste orden.
“Papi, a mí Gustavo (Cárdenas) me cae bien, se ve bien buena onda, pero ya me cayó gordo con tanta maldición que dice. Se me hace que por eso no va a ganar”.
“¿Sabes quién me cae bien? Cabeza de Vaca, se me hace que es muy sincero, yo sí le creo eso de los vientos del cambio, fue el que me convenció de todos. Pero no creo que gane. Me gustan mucho sus comerciales”.
“De Baltazar se me hacen muy sobreactuados sus comerciales, pero se ve muy serio y como que sí trabaja mucho. Tiene cara de que sabe mucho Se me hace él va a ganar porque veo que tiene mucha gente que trabaja con él. Yo creo que va a ganar Baltazar”.
“El que más mal me cae es Armando Vera, me cae gordo, tiene una voz bien fea y su comercial hasta me pone de malas, pero se ve que no sabe no hablar, si yo votara, no votaría por él”.
Del resto no dijo nada.
En suma y me parece que tiene razón es lo siguiente: Cabeza de Vaca encanta, pero no convence. Baltazar, convence aunque no encanta; y Gustavo, cae bien, pero sólo eso.
De los candidatos a las alcaldías, Andrea dijo lo siguiente.
“Me cae muy bien Oscar Almaraz se ve que es bien buena onda, me gusta mucho ese muñequito de la sonrisa. Ay, ojalá gane él”.
“Arturo Soto se ve que es bien serio, pero es el que más anuncios tiene. Su esposa me cae bien, pero quien sabe si vaya a ganar, como que le hace falta salir más en la tele”.
“Shira está bonita y me cae bien. Me gustaría que fuera mi amiga, pero… la conozco por la novela y uno que otro anuncio que hay en la calle, debería hacer más para que más gente la conozca”.
“Mónica se ve que ha de ser bien buena onda, que no regaña, que ha de jugar con los niños. Mónica me cae muy bien… ¿es la esposa de Gustavo, verdad? Espero que no diga tatas groserías”.
De los demás dijo no conocer, incluso ni a Xico.
Le pregunté por los otros candidatos, es decir, los que buscan una diputación y sólo supo de Paty Pimentel, pero eso porque la muchacha fue su maestra de teatro hace un año, no por otra cosa.
Esa es la percepción de una niña de diez años. Insisto, no vota, pero de alguna manera es así como una ciudadana de a pie percibe a los candidatos según su proselitismo y según la imagen que envían desde sus discursos, hasta su publicidad de campaña.
Resumiendo su análisis: Almaraz vence y convence; Arturo convence, pero sólo a unos cuantos. Shira, cae bien, sólo eso. Mónica encanta, pero no convence.
Para Andrea, el PRI ganaría la alcaldía y la gubernatura. Veremos si le atina.
PUNTO FINAL.- “La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”: Jacques benigne Bossuet.
Twitter: @Mauri_Zapata
