Ningún docente con valores, formación y sobre todo vocación debería estarse prestando al juego perverso de quienes mantienen incendiada una parte del Estado de Oaxaca, donde pobladores sin culpa alguna sufren las consecuencias de un grupo de anarquistas que han enrolado casi a la fuerza, cuál guerrilla, a quien muestre temor.
Es cierto que persiste la desconfianza sobre algunos contenidos de la Reforma Educativa, suspicacia que tiene su origen por una parte en la terminología utilizada en la redacción y las leyes secundarias, pero también en el hecho de que se hizo pensando en un sólo contexto socioeconómico tanto de la escuela como de quienes laboran y estudian en ella.
Sin embargo ni la más radicalizada manifestación de inconformidad a lo largo de al menos los últimos tres años por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en Guerrero que es su cuna, supera lo que en menos de 24 horas ocurrió en Nochixtlán donde murieron al menos 8 personas, además de los graves disturbios en otros municipios oaxaqueños, donde el vandalismo y la delincuencia opacaron los reclamos de los verdaderos docentes.
Las escenas difundidas por todos los medios acusan no sólo a policías federales de excesos, sino también a manifestantes que más bien parecen provenir de campos de entrenamiento que de las aulas de escuelas urbanas o rurales, haciendo recordar aquellos episodios cruentos protagonizados por fuerzas del orden estatales o federales e integrantes de la ala más violenta de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, la entonces temida APPO.
En esos días o meses también hubo batallas tanto o más cruentas en las calles de la Capital oaxaqueña, muertes incluso de al menos un periodista extranjero, pero ahora el radicalismo ha encontrado la puerta y volvió a salir a la calle usando como bandera una lucha que fue desvirtuada por los líderes de la Coordinadora de Trabajadores de la Educación de Guerrero, después de que presuntamente la convirtieron en mina de oro.
Se han dicho muchas mentiras tanto por la parte oficial como la inconforme, por ejemplo que los policías no traían armas y que todos los manifestantes son maestros, pero lo que hasta ahora no se ha podido refutar es que no hay un sólo educador fallecido, tal vez si haya golpeados o heridos, hospitalizados, pero resulta hasta cierto punto lógico: porque los maestros dan clases, enseñan a leer y escribir, cuidan, escuchan y quieren a sus alumnos, le apuestan a la educación no al anarquismo.
Sí hay que apoyar y ayudar a los verdaderos maestros que están atrapados, por ahora en Oaxaca, entre sus reclamos justificados de no ser afectados laboralmente y que les reconozcan su aportación, y los deseos de un puñado de personas que sólo desean dar continuidad a los intentos ancestrales de desestabilizar esa región del país.
Recemos por los oaxaqueños que lamentablemente siguen teniendo conquistadores y virreyes, en lugar de verdaderos gobernantes. Es más ni quiera vale la pena darle el beneficio de la duda al principito Alejandro Murat Hinojosa.
APUNTE.- El desarrollo de la Ciudad, contra todos los pronósticos, sigue adelante y la llegada de franquicias transnacionales y locales así lo confirman. Las inversiones están aterrizando en el ocaso de la administración estatal, cual si fuera esa la voz de arranque.
Aquí lo interesante y esperanzador para quienes nacimos y seguimos viviendo aquí, es que se trata de capitales que deben ser preservados y cuidados por todos los medios posibles sobre todo en materia de seguridad, porque la sede de los poderes del Estado no puede seguir perdiendo el poco estatus que como tal le queda.
PENDIENTE.- ¿Cómo que ya le salieron baches al 8 de 8? Quedan poco más de tres meses para llamar a cuentas al culpable, ¿lo harán?
Aquí los veo, leo y escucho: @JosdelCarmenPR / [email protected]