Partiendo por la noción de que todo tiene un significado, el escrutinio de los hechos recientes obedece entonces a una razón que a menudo es ignorada por los participantes de estos hechos y por quienes los observamos.
Sin embargo, siempre hay un vestigio de razón en toda acción, a veces evidente y otras veces discreto, pero está ahí y a partir de ese hilo se puede discernir el caso.
Tomemos el ejemplo de las protestas magisteriales en el norte y sur de la República. En el contexto actual, son un conato de guerra civil por su extensión y daños ocasionados (más de mil millones de pesos tan sólo en Chiapas), así como el territorio sobre el que se han extendido.
Sí, dije guerra civil. No, sin Iron Man y la mamacita de Elizabeth Olsen en un traje escotado y pegadito. Hablo de la guerra civil como tal, el enfrentamiento bélico entre una facción civil armada contra el Estado. La última de su clase en México, por cierto, desencadenó el actual modelo político de traiciones e inestabilidad. “Ya soltaron al tigre”, declaró Don Porfirio Díaz en su dimisión, y hasta la fecha nadie ha podido domarlo.
Sí. La revolución mexicana cuenta como guerra civil. Y sí, la guerra civil provocó con su desenlace un alto total al acelerado desarrollo industrial, tecnológico y agricultor de su época; expertos estiman que de no haber pasado por el Maximato, México estaría actualmente compitiendo contra países de la Unión Europea en desarrollo tecnológico y socioeconómico.
Se puede discutir que esta aserción es errada porque tras el Maximato vendría José López Portillo y la catástrofe económica, aunada a la entrega de los “Golden Boys” al mercado internacional y el TLC, empezando por Miguel de la Madrid.
Sin embargo, viene la inferencia que lo cambia todo: Sin el Maximato, López Portillo y el Salinismo ni siquiera podrían haber ocurrido, de manera que no es una afirmación tan descabellada.
Empezando por pérdidas humanas, hasta la fecha va más de una centena desde el inicio de las protestas. En hechos recientes, se reportaron once muertos en Nochixtlán, Oaxaca, y una veintena de heridos.
Y en consecuencias sociales, se han abandonado escuelas en toda la República para sumarse a las protestas, es decir, decenas de miles de niños y jóvenes han dejado de recibir educación básica a causa directa de que los profesores se lancen a las marchas.
Niños y jóvenes, por cierto, que en el ocio y la ignorancia abandonan completamente los estudios y engrosan las cifras de trabajo infantil, prostitución, vandalismo, pandillerismo, embarazo juvenil, drogadicción y hasta crimen organizado. Decía el guerrero de Astarte: “La corrupción nace del ocio”.
Y la cuestión es la siguiente: ¿Qué se busca con abatir la Reforma Educativa?
Un principio de la reforma es el de poder avalar, mediante cifras y evaluaciones, la capacidad del maestro que está al frente de un aula. Otra, la de abatir la sobrepoblación magisterial; es un hecho que, año con año, la matrícula en las escuelas normales es excedida enormemente. En consecuencia, hay más maestros que escuelas.
Muchos de estos maestros, por cierto, no poseen una vocación profesional, sino que entran a las escuelas normales por presión familiar o interés económico.
Es muy común el caso de un joven que, pese a su deseo de estudiar cualquier otra cosa, termina ingresando a una escuela normal para heredar la plaza de un familiar al momento de su jubilación y, además, quedarse con la plaza que recibiría con su licenciatura magisterial. En consecuencia, tienes a un profesor joven, económicamente estable, frustrado profesionalmente y frente a un grupo de cuarenta niños que aprenden de él.
La Reforma Educativa se deshace de ello: Plantea que si lo que quieres es ser profesor, más te vale ser un buen profesor. Y la lucha del CNTE no tiene nada que ver con los alumnos, sino con los profesores, más exactamente los que se vieron económicamente afectados.
Esta reforma, hay que reconocerlo, fue una estrategia política para derrocar el sindicato que regía Elba Esther Gordillo. La cosa no fue poner a otro y renovar la dirigencia magisterial, sino sacar a Gordillo. ¿Por qué? Habrá que preguntar a Los Pinos, sólo ellos saben la verdad y no creo que la vayan a decir.
Sin embargo, los alumnos quedan en el fuego cruzado: El gobierno exige a los maestros que vuelvan a las aulas por el bien de los alumnos y los profesores de la CNTE alegan que quieren ver valer sus derechos por el bien de los alumnos. Es decir, los alumnos son tomados rehenes por ambos bandos.
Y entonces entra el caudillo. Andrés Manuel López Obrador ve en la CNTE la máquina de presión social que necesita para su campaña del 2018 y da todo su apoyo a esta moción, con lo que regresa al “Juego de Tronos” por la Silla Presidencial.
Ahora la CNTE lo tiene todo para iniciar una guerra civil: Argumentos populistas de respeto a derechos sociales (que son más enfocados al caciquismo que otra cosa), una base mayoritaria de miembros que se cuenta en los miles, apoyo popular de la población mexicana resentida con el Gobierno Federal, la alianza de un estadista docto y preparado en política (Pese a quien le pese, AMLO sabe lo que hace; eso es lo que lo vuelve peligroso para sus rivales) y a una proporción importante de las fuerzas federales de seguridad pública tratando de contenerlos.
Se dijo en un principio que la Reforma Educativa sería el pilar de un nuevo sistema de educación que traería estabilidad social. En su lugar, la desestabilidad socioeconómica multifactorial crece exponencialmente día con día a causa de la Reforma Educativa. Del dicho al hecho…
Adendum: Mis congratulaciones al maestro Luis Humberto Garza Vázquez, a quien pronto estaré llamando Doctor, por la conclusión de su estudio doctoral. Él fue mi profesor durante mi carrera superior en la Academia de Ciencias, Educación y Humanidades, y me sacó de problemas con sus consejos en varias ocasiones. Es un hombre grande de edad y enorme de corazón. Felicitaciones, Dottore.
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