Theresa May se convirtió ayer en la nueva primera ministra británica tras recibir el encargo de la reina Isabel II de formar un gobierno que tendrá la difícil tarea de implementar el Brexit.
A su llegada a la residencia oficial en Downing Street, May prometió que Reino Unido tendrá un nuevo papel “audaz y positivo” fuera de la Unión Europea (UE).
El gobierno que lidero será conducido no por el interés de unos pocos privilegiados, sino por ustedes”, aseguró May en su primer discurso después de ser nombrada por la reina.
Reino Unido debe ser una unión de todos sus ciudadanos, dijo May, quien se convirtió en la segunda mujer en ocupar el máximo cargo político en ese país después de Margaret Thatcher (1979-1990).
La exministra del Interior sucede a David Cameron, quien presentó su renuncia a la reina luego del triunfo del Brexit el 23 de junio pasado.
La premier se comprometió a eliminar las desigualdades sufridas por la población negra en el sistema de justicia criminal, de los niños blancos pobres en la educación, de las mujeres en el trabajo y de las personas con problemas mentales. También aludió a la gente joven que “encuentra cada vez más difícil ser dueña de su propia casa”.
Horas más tarde, May anunció a parte de su gabinete en los que figuran: el exalcalde de Londres y firme defensor del Brexit, Boris Johnson, como ministro del Exterior, mientras que el actual titular de esa dependencia, Philip Hammond, estará al frente del ministerio de Economía tras la renuncia de George Osborne, colaborador cercano del ahora expremier David Cameron.
La nueva primera ministra también nombró al parlamentario David Davis, un abogado euroescéptico también miembro del Partido Conservador, como titular de la nueva Secretaría para el Brexit.
Además, designó a la exsecretaria de Energía y Cambio Climático Amber Rudd como ministra del Interior, cargo ocupado por la propia May. Michael Fallon, en tanto, continúa como ministro de Defensa, mientras que un extitular de esa dependencia, Liam Fox, fungirá como secretario de Comercio Internacional.
May, una euroescéptica, reconocida por su temperamento combativo y que se unió al campo de la permanencia a la UE sólo durante la campaña del referéndum, advirtió que no activaría el artículo 50 del Tratado de Lisboa –que inicia el proceso de salida– antes de finales de año.
En tanto, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, instó a May a que inicie “pronto” las negociaciones. “Estoy impaciente de trabajar estrechamente con usted y de saber cuáles son sus intenciones”.