Cuando los “genios financieros” que propusieron el incremento al precio de los hidrocarburos en México, a partir del 1 de enero de 2017, nunca se imaginaron la dimensión que adquiriría esta medida, que tiene al borde del estallido social a nuestro país.
Porque pensaron que la mansedumbre y la resignación, seguirían prevaleciendo en la conciencia colectiva y a través de una complicidad con la prensa colectiva, esa medida lesiva sería absorbida sin la menor resistencia, mediante el apoyo de la prensa tradicional que a través de complicidades, intentó hacer el trabajo sucio, defendiendo lo indefendible.
Ese fue un error garrafal, porque la sociedad mexicana, ya tiene otros medios de comunicación alternativa, como las redes sociales, que están desplazando de manera impresionante el nicho tradicional de control y acondicionamiento del comportamiento colectivo, y lo ha hecho sentir con acciones de ira contenida y frustración, al grado de retomar los más primitivos instintitos, como la agresión a quienes los han agraviado.
Quisiera no tener voz de profeta, pero de seguir porque en una lucha intestina, todos saldremos perdiendo, millones de familias perderán su raquítico sustento y es innegable que se abrirán las puertas para que salgan figuras apocalípticas y como siempre, los más perjudicados serán los segmentos más vulnerables.
Aquellas familias que no tengan los recursos para resguardarse en otro país, irremediablemente estarán en medio de la trayectoria de una inmensa bola de nieve, que cada día adquiere proporciones gigantescas que amenaza destruir los vestigios de un Estado de Derecho que está agonizando.
Porque lo visto en la última semana, siempre ligado a los hidrocarburos, nos muestra a plenitud un rostro de que el México Bronco está despertando, con todas y sus imperfecciones, se muestra avasallante, pero debemos estar alertas ante el manipuleo de las masas, porque este incipiente movimiento social, podría terminar en tragedia.
Ya que los desmanes provocados por una turba enfurecida, llena de odio y rencor contra aquellas autoridades que se han mostrado, ciegas, sordas y mudas, ante los reclamos populares, con justa razón podría estar siendo movida por intereses muy ajenos al beneficio colectivo.
Vamos por partes, por un lado, tenemos a una sociedad agraviada, que a raíz de la escasez de combustible y el incremento al precio de la gasolina, abrió la llave de su ira y enojo contenido de la sociedad, pero que este hecho, está siendo exaltado, magnificado, para proclamar el apocalipsis y que de acuerdo a los tiempos, sobrevenga una lucha armada intestina.
Si a ello, le agregamos el pésimo equipo de asesores que acompañan al mayoritariamente repudiado Enrique Peña Nieto, quien ha mostrado una insensibilidad total, porque al tomar la decisión, primero de incrementar el precio de la gasolina, para ganar recursos supuestamente para que no se le deshaga el país en sus manos, nunca previó las lógicas reacciones ciudadanas.
Gobierno de la República en reiterado trastabilleo
Mientras que por el otro y ante un panorama caótico, al dar la cara a los mexicanos en cadena nacional de televisión, Peña Nieto ha sido incapaz de mostrar seguridad en el intento del control de daños, porque primero manifestó que el incremento al combustible, fue una medida doloroso, pero necesaria para que ya no se le afectara más a los ciudadanos, pero con cero explicaciones.
Un día después, supuestamente se arma de datos que pretenden ser de sustento y lo único que provoca es incrementar la indignación popular, al referir que de no tomar esta medida, desaparecerían los beneficios de la seguridad social en salud, insertos en el Instituto de Seguridad Social, Seguro Popular, entre otros.
En segundo término, utilizó un recurso persuasivo que lejos de ayudarlo en sus propósitos, lo ubica en la lógica dimensión de incredulidad, al mencionar que también los senadores, los diputados federales y el aparato burocrático federal de los niveles más predominantes, reducirían sus salarios en un 10 por ciento y nuevamente, estalló la indignación en su contra y en contra de su casta privilegiada, mostrando a plenitud su trastabilleo.
El Rector de la UAT, Enrique Etienne Pérez Del Río, sostenido por alfileres
Pasando a otro tema, no menos desagradable, se apuesta doble contra sencillo que los días del todavía rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Enrique Etienne Pérez del Río, como responsable de la Máxima Casa de Estudios, está a punto de llegar a su fecha de caducidad y que en breve será removido de esa responsabilidad.
Suena lógica esta aseveración, porque el rector ha incurrido en reiterados excesos del ejercicio del poder y se ha ubicado en el terreno peligroso de la sospecha del desvío de recursos, sola basta mencionar la detención de su piloto, en el Aeropuerto de Mac Allen, Texas, junto con la aeronave con 300 mil dólares, adquisición de mansiones y muchas otras acciones raras, que le están generando ese putrefacto olor de la deshonestidad y la justa animadversión tanto de la sociedad tamaulipeca, como de quienes están gobernando el Estado.
Por hoy fue todo, para cualquier aportación, aclaración o dudas, dirigirse al correo electrónico [email protected]