Uno de los temas que más generó polémica la semana pasada, fue la discusión en el parlamento de Argentina sobre la despenalización del aborto.
Antes de que los legisladores de aquel país discutieran el dictamen, en muchos países del mundo, la gente daba su opinión. La mayor parte, estaban en contra de despenalizarlo.
Particularmente en México, ocho de cada diez se manifestó en redes sociales contra legalizar el aborto.
Y sí, la sociedad de este país sigue teniendo una mentalidad retrograda.
Impulsada y, en muchas de las ocasiones manipulada por los grupos religioso, la gente cree que si se despenaliza el aborto, todas las mujeres correrán a deshacerse de su embarazo.
Creen que a partir de que en este país se legalice esta situación ya nadie va a tener hijos y se acabarán los bebés. Así de absurdos.
Finalmente, en Argentina ganó el “no”. Pesó el más el pensamiento retro, la manipulación religiosa y los argumentos machistas.
Pero en México, salvo una que otra entidad, sigue siendo un delito abortar.
Y mientras sea delito abortar, continuará habiendo abortos clandestinos; continuará habiendo médicos corruptos mal preparados y por ende, muerte de mujeres por no atenderse bien.
Hay que entender que el que se legalice el aborto en nuestro país o en cualquier otro, no es para que corran todas las mujeres a practicarse alguno cada vez que se embaracen, sino para que aquella que lo decida, independientemente de las razones, lo pueda hacer sin que corra peligro.
Debe haber leyes que protejan más a las mujeres en este aspecto. Debe haber leyes también que no permitan el libertinaje, cierto. Pero también es bueno escuchar las voces de médicos, y principalmente, de las mujeres.
Y, claro, todas esas voces deben de argumentar para convencer.
Pero en redes sociales, todos hacen escarnio del asunto. Muchas de esas opiniones hechas con el hígado y no basadas en un argumento válido.
Me parece que con las redes sociales, lejos de ser un medio para fomentar la amistad, se está usando para promover la indignación y el linchamiento.
Hoy en día vivimos, a través de esos medios, salvo algunas excepciones, en la frivolidad con las mejores herramientas de la historia para ello. Pero lamentablemente la emoción efímera se impone a la razón, y luego a lamentarse.
Hoy en día es necesario que la gente no se empeñe tanto en decir lo que opina, sino empeñarse más en aprender de aquello sobre lo que quieren opinar.
Y es que para opinar cualquiera que tenga una cuenta en redes sociales lo puede hacer; lo realmente complicado y a la vez valioso es saber argumentar.
Pero, bueno, eso es en el caso de las redes sociales y la incoherencia e imprudencia con la que a veces se usan.
Pero volviendo al tema del aborto, habría que recordar que hace ya un par de décadas, quizás un poquito menos, en la Ciudad de México se hizo un estudio, cuyos resultados señalaron que el 75 por ciento de los delincuentes, eran hijos no deseados. Por eso allá de trabajó en legislar al respecto y los resultados no deben tardar en dar resultados.
Pero siempre será un tema polémico. Las autoridades no les gusta pensar en ello y prefieren evadirlo que perder votos. Son más los que están en contra que los que sí están de acuerdo, y a eso le apuestan los gobernantes: a las próximas elecciones.
En cinco palabras: La gente habla por hablar.
PUNTO FINAL.- “El que conoce la verdad no es igual al que la ama”: Confucio.
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