Ciudad de México.- Cuando Guillermo Pérez llegó hace una década a Beijing, sabía que estaba ante su única oportunidad para ganar una medalla olímpica al ser un veterano de 28 años que anhelaba su momento de gloria en la recta final de su trayectoria.
El 20 de agosto de 2008 miles de mexicanos se desmañanaron para ver al taekwondoín de Uruapan derrotar al dominicano Gabriel Mercedes en la final de la categoría de menos de 57 kilogramos y ganar el primer oro de México en aquella justa.
Fue una pelea de mucha estrategia y que al final sabía que podía hacer contacto si lo hacía desesperarse. Al concluir nos vamos a la decisión y lo único que pensaba era que no podía perder… Me merecía ese oro”, recuerda y cuenta que tras la decisión se acercó al dominicano, le dio un abrazo y le deseó suerte. “Le dije que habíamos peleado muy bien”.
Ese día fue de mucha tensión. Memo venció al británico Michael Harvey en punto de oro y al afgano Rohullah Nikpai por 2-1. Fue la semifinal ante el tailandés Chutchawal Khawlaor su resultado más holgado del día con el 3-1; pero fue la pelea por el oro la que detuvo al país.
Cuando regresamos no me esperaba el recibimiento, en el aeropuerto no podíamos pasar. Fue sorprendente ver eso, te llena de mucha emoción de saber lo que significan para la gente”.
Los Juegos Olímpicos de Beijing eran su momento, después de perder la oportunidad de pelear por ir a Atenas 2004 por una lesión. En 2007 ganó la plaza olímpica para México y, aunque parecía que era su derecho estar en las justas chinas, tuvo que ganar el lugar en un selectivo nacional. Como en muchas ocasiones anteriores enfrentó a Óscar Salazar, medallista de plata en Atenas, y favorecido por su entrenador, su propio padre.
Gané la plaza en Colombia meses antes y luego tuve que pelear por un lugar. Eso lo hizo más desgastante, pero también ayudó a que llegara fortalecido, era mi única oportunidad”.
Ha pasado una década de que Memo estremeció a golpes al país y asegura que cada vez que puede se remonta a ese 20 de agosto cuando vio la Bandera mexicana en lo más alto y escuchó el Himno Nacional. “Para mí fue un momento memorable, cuando me vi en el podio con la bandera en lo más alto y escuchaba el himno. En las gradas se escuchaba el grito de ¡México! Eran pocos, pero ruidosos”.
Memo regresó a entrenar y buscar refrendar su medalla olímpica, pero fue víctima de los cambios en el taekwondo. El michoacano no se adaptó a los petos electrónicos y en 2012 quedó fuera en el selectivo a Londres poniendo fin a su carrera.
Quedo satisfecho con lo que logré, luché hasta que sentí hasta lo que mi cuerpo me dio y sabía que tenía que evolucionar a otras cosas”.
A una década de su triunfo olímpico, Guillermo anhela ver a otro campeón mexicano de taekwondo, pues sabe que es un momento irrepetible y que quisiera ver a más jóvenes disfrutar.
Onofre confiaba en su pupilo
El entrenador Jose Luis Onofre jamás sucumbió al nerviosismo en la reñida pelea por el oro y estaba seguro que Memo Pérez sería monarca olímpico hace una década.
Tenía confianza de que íbamos a lograr el oro. Cuando finaliza el combate, ya con el round de punto de oro, estaba seguro que iba a ganar porque Memo siempre se fue al frente, presionando”, dice Onofre, quien bromea que durante la pelea por el título ante el dominicano Gabriel Mercedes casi le da un infarto. “Hubo un poco más de emoción ahí, habíamos acordado seguir la misma estrategia pero faltando 25 segundos le conecta el golpe”.
Guillermo consiguió el boleto olímpico al ganar el primer selectivo nacional, lo que fue posible después de que la selección nacional se separó. Por un lado el equipo del profesor José Luis Onofre y por el otro el equipo de Reynaldo Salazar.
La división nos fortaleció”, asegura el profesor Onofre, quien cuenta que el entrenador Reynaldo le dijo que entrenaría a la selección olímpica, por lo que quería que él se encargara de la selección nacional. “No estuve de acuerdo y dije que tenía que haber un selectivo. Afortunadamente con los resultados convencimos y se formó un equipo alterno, en el que no había un preferido. Esta división dio resultado y ya está escrita la historia”.