Ciudad de México.- El armador Ben Simmons es una estrella única entre la estirpe de grandes jugadores de la NBA. En plena época de vorágine de tiradores de larga distancia, él deja los triples en el olvido.
El recurso de los tiros de tres puntos se ha convertido en el combustible de muchos equipos, pero para el versátil australiano parece ser un arma oxidada olvidada en el repertorio de sus cualidades. Los Sixers simplemente saben que no cuentan con él para diseñar una jugada cuyo tirador saque un disparo más allá del arco.
Simmons es uno de los mejores guardias de la liga (14.9 puntos, 7.5 rebotes y 8.5 asistencias por partido), pero rompe con el molde de lo ordinario cuando apenas ha intentado cinco disparos de tres puntos en la campaña, de los que ha embocado un par. El contraste es sonoro cuando el también guardia James Harden acumula a estas alturas 498 disparos de tres puntos de los que ha embocado 189.
El 20 de noviembre el Wells Fargo Center de Filadelfia estalló de júbilo en el primer cuarto cuando Simmons recibió un pase en una esquina y sacó un disparo de tres puntos. El balón encontró las redes en un instante memorable: su primer triple encestado en la NBA. Transcurrieron 172 encuentros y 17 yerros de larga distancia en dos campañas completas y el comienzo de esta para gozar de una canasta con este valor.
Entre los 482 jugadores registrados esta temporada, el armador de los Sixers ocupa la posición 385 con los cinco tiros de tres puntos que ha intentado a lo largo de 38 juegos. Ninguno de los 97 jugadores que están detrás han sido convocados a un Juego de Estrellas y más de una treintena no supera los 10 partidos.
La liga se ha convertido en un rico vergel para los sistemas ofensivos con jugadores abiertos detrás del arco para intentar tiros de tres puntos. Los Pacers son la franquicia que menos veces van al aro por tres unidades con un promedio de 27.8 tiros por partido; en contraste los Rockets de Harden son los que más recurren a éste con 44.2 intentos por encuentro.
En el esquema de ataque de los Sixers se contemplan una media de 30 triples por encuentro, con el guardia Josh Richardson como el que más hace (5.1), seguido del delantero Tobias Harris (4.7) y los centros Al Horford (4.1) y Joel Embiid (3.8). Simmons apenas tiene un registro de 0.1 para ser el último en la plantilla con por lo menos 10 juegos en el vigente curso de 2019-2020.
Después de embocar su primer triple en noviembre, el 8 de diciembre convirtió el segundo, lo que volvió a provocar euforia y la esperanza del entrenador Brett Brown de que por lo menos tomara un disparo abierto por partido. Pero Simmons sólo volvió a realizar un disparo de tres puntos un par de días después para llegar a los cinco en los que ha probado suerte esta campaña.
Estará liberado. Su mundo se abrirá y, en muchos sentidos, también el nuestro”, dijo en aquel momento Brown sobre la esperanza de que Simmons fuera más como los actuales guardias, que hacen del triple parte de su repertorio.
Pero el joven de 23 años prefirió seguir por otro camino distante al que la mayoría marcha en la NBA, en el que no se deja seducir por tirar de tres.