Desde su creación, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tamaulipas (Codhet), ha estado muy lejos de ser un auténtico ente garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Con insistencia hemos advertido aquí que, en realidad, se asemeja más a una instancia del gobierno que a un organismo de defensa de los derechos humanos de los tamaulipecos.
Su carácter de organismo autónomo es una falacia. Su autonomía solamente figura en la ley, porque en los hechos tiene una absoluta dependencia del gobernante en turno.
Imposible que haya autonomía cuando el presidente o presidenta le deben su cargo al gobernador que esté en funciones. Así, Olivia Lemus, le debe su chamba al exgobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
Es verdad que la elección de un nuevo titular de la Codhet se hace a través de convocatoria pública, pero al final el que resulta electo no es el mejor perfil, sino el que ordenan desde palacio de gobierno.
Entonces, le insisto, lo de organismo autónomo es una mentira enorme.
Evidentemente, la Codhet existe por un mandato de ley. Fue creada por obligación pero no por un interés genuino del gobierno de darle a los tamaulipecos una instancia ante quien acudir para defenderse de los atropellos del poder público.
A esa falta de autonomía se debe el silencio absoluto que ha guardado la reynosense Lemus cuando surgen hechos que indignan a la sociedad.
¿Por qué nunca levantó la voz para exigir a las autoridades estatales resolver los feminicidios o los asesinatos de periodistas, como el de Toño de la Cruz?
¿Por qué nunca la Codhet ha emitido algún posicionamiento sobre la alarmante incidencia de desapariciones?
No lo hizo ni lo hará porque sabe que de hacerlo estaría en riesgo su trabajo.
En su descargo habría que señalar que, lo mismo ha sucedido con quienes le precedieron en el cargo.
Por eso, el martes pasado, cuando escuchamos a Lemus exponer ante los diputados cifras y citas triunfalistas, no nos quedó más que reír.
Ojalá y que la nueva administración estatal que encabeza, Américo Villarreal Anaya, entienda la importancia y la urgencia de contar con una verdadera comisión defensora de los derechos humanos.
El mandatario debe entender que siempre será mejor tener un verdadero vigilante del actuar de sus subordinados que un organismo timorato y por lo tanto ineficiente.
Dentro de 10 meses termina el mandato de Lemus, por lo que el Congreso del Estado tendrá que emitir una convocatoria para elegir al nuevo titular de la Codhet.
Ese será el momento oportuno para que el gobernador se decida a hacer historia, dejando las manos libres a los diputados para que elijan al mejor perfil.
¿Y cuál sería el mejor perfil? Facilitó: aquel que no le tiemblen las piernas para señalar los yerros, ineficiencias o atropellos del gobierno y sus servidores públicos, y sobre todo que tenga una probada y sobrada experiencia en el tema de los derechos humanos.
Ya llegará el momento de saber, si la Codhet seguirá siendo de mentiras o, por primera vez, le sueltan las manos para que ejerza como verdadero defensor de los tamaulipecos.
EL RESTO.
CONTRERAS.- Ya no hay duda: el dirigente estatal del magisterio tamaulipeco, Arnulfo Rodríguez Treviño, anda embriagado de poder.
Tanto, que ya entró en conflicto con el gobernador, Américo Villarreal Anaya, no solo en los temas relacionados con el sindicato, sino también en lo político.
Así, por ejemplo, es un secreto a voces que el neolaredene está exigiendo espacios de poder para los maestros en la estructura de la Secretaría de Educación.
Alguien tendrá que avisarle al profe Rodríguez que los tiempos han cambiado y que la forma de hacer política y ejercer un liderazgo como el suyo son muy distintos a cuando dirigió por primera ocasión la sección 30.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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