Ciudad Victoria, Tamaulipas.- La drástica caída de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el ranking global de universidades ha generado una fuerte preocupación sobre el rumbo que está tomando la educación superior en el país.
Aunque la UNAM descendió 42 lugares en el QS World University Rankings 2026, ubicándose ahora en el puesto 136, se mantiene como la mejor universidad de México y la cuarta en América Latina, sólo por detrás de Buenos Aires, São Paulo y la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Aun así, es la primera vez desde 2021 que sale del top 100 mundial, una señal que encendió las alarmas.
Para el catedrático Ramiro Ramos Salinas, ex presidente estatal del PRI y actual profesor del Tec Milenio, este retroceso “no puede ser tomado a la ligera”.
“La UNAM era la única universidad pública mexicana dentro de las 100 mejores del mundo. Esta caída es preocupante porque nos obliga a reflexionar hacia dónde va la educación superior en el país”, advirtió.
Ramos, quien también cursa un doctorado en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, subrayó que este descenso refleja fallas estructurales que deben ser atendidas con urgencia desde el ámbito público.
“Las universidades públicas necesitan un respaldo más firme del gobierno y una dirección estratégica clara. En ellas está la base del crecimiento intelectual del país y nuestra competitividad en el mundo”, afirmó.
El académico explicó que la posición en el ranking se ve afectada por múltiples indicadores clave: número de profesores con posgrado, publicaciones científicas, acceso a tecnología, bibliotecas actualizadas, pertinencia educativa frente al mercado laboral, tasas de deserción y eficiencia presupuestal.
“Que la única universidad pública competitiva a nivel internacional haya bajado de forma tan abrupta debe encender todas las alarmas. Si no cuidamos estos indicadores con disciplina, perderemos nuestra capacidad de competir a escala global”, agregó.
El ranking QS evaluó más de 1,500 universidades en todo el mundo, considerando factores como reputación académica, empleabilidad, producción científica, sostenibilidad y proyección internacional.
Aunque la UNAM conserva su liderazgo nacional, la tendencia descendente en los rankings globales plantea un desafío crucial para el sistema de educación superior en México.