Por Arturo Rosas H
Reynosa es una plaza que por orgullo, el PRI va por ella en las elecciones del 7 de junio. Al menos, ese es el objetivo.
María Esther Camargo, es una candidata sólida, preparada, con buena presencia, seria y es querida.
Tiene un capital conservador, pero con una tendencia a crecer en los próximos meses.
No se ve nada adverso hasta hoy en su campaña.
Lo malo es que en las filas del PRI, aun existen facturas pendientes, en especial, después de las elecciones del 2004 o 2012 por citar algunas.
En el 2004, cuando Francisco García Cabeza de Vaca ganó la elección de Ayuntamiento a Humberto ‘Betico’ Valdez, los principales operadores de Oscar Luebbert brincaron al PAN.
Los amigos, compadres, los funcionarios de primer nivel de Oscar Luebbert, decidieron dejar el PRI.
Raúl López, Leonel Cantú, Omar Aguilar, Raúl Cienfuegos entre otros, se fueron con Francisco García Cabeza de Vaca.
La primer lectura que se dio, fue que Luebbert dejó solo a su partido y candidato.
Quizás los protagonistas de esa elección lo entendieron ya.
Pero en el 2012, cuando Reynaldo Garza Elizondo era el candidato a Diputado Federal y perdió la elección, las dudas contra Oscar crecieron.
Reynaldo perdió la elección a diputado federal, en las zonas donde, coincidentemente, operaban los funcionarios de Luebbert.
Hasta la fecha, Chacho Garza Elizondo, tiene la lectura de que Oscar lo dejó solo y perdió la elección a Diputado Federal.
Los principales hombres de confianza y operadores de Luebbert, tienen ahorita la camisa bien puesta en el PAN.
Ahora son los hombres importantes del senador García Cabeza de Vaca, quien tiene a su hermano compitiendo por una diputación federal en Reynosa.
Son los mismos que tienen las zonas de mayor influencia que eran de Oscar Luebber.
Pero Leubbert, es un operador político y le sabe al tema, mas en Reynosa y en especial por tratarse de su mujer, algo va tener que hacer.
Nada más que Luebber, dejó mucho pendientes y no se han olvidado por muchos priistas.