Por: Eduardo Piali
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- El 4 de octubre de 2001, se le hizo la primera solicitud a la Dirección de Transporte Público de Tamaulipas, anteriormente dirigido por Jorge Luis Uriegas García, para una concesión de taxi ruletero (tomado en cuenta ante la ley también como Ecotaxis) que pudiera circular por Nuevo Laredo.
Óscar Pérez Palacios era el solicitante en ese momento, quien actualmente es vocero del movimiento de Ecotaxis de la ciudad; y ese primer oficio tuvo su sello de recibido el 3 de diciembre de ese mismo año.
Luego de casi dos años de insistencia, la Dirección General de Transporte y Vialidad en el Estado mandó el oficio DGTyV-4459/2003 emitió la primera respuesta –y negativa– respecto a la solicitud de Ecotaxis:
“(…) toda Concesión o permiso, para la prestación del Servicio Público de Transporte, se otorgarán previa de declaratoria de necesidad emitida por la Secretaría, basada sobre la oferta y la demanda que justifiquen el incremento de Concesiones o Permisos, los cuales a la fecha arrojan como resultado que con el número de concesiones existentes, están totalmente cubiertas las necesidades de los usuarios, por lo que no se otorgarán nuevas concesiones o permisos”, se lee en dicho documento firmado por el entonces Director General de Transporte estatal, Pascual Ruíz García.
Este mismo oficio, fechado el 10 de septiembre de 2003, justifica su negativa con un estudio de movilidad realizado por la empresa CIBORG “Organización Cibernética S.A. de C.V.”, en el Distrito Federal, el cual revisó en Nuevo Laredo la frecuencia y ocupación vial; ascenso y descenso en tierra, ascenso y descenso a bordo de las unidades de transporte; encuesta de origen y destino; reconocimiento de itinerario de servicio; ubicación de bases y sitios de taxis; y encuesta de demanda en sitios y bases.
La principal problemática de este estudio fue que se realizó de acuerdo a las necesidades de taxis de base y ruta, no de ecotaxis, de lo contrario el análisis de bases y sitios no se hubiera tomado en cuenta, de acuerdo a Óscar Pérez.
Sin embargo, esto fue suficiente para determinar que la cantidad de unidades concesionadas en la ciudad, tanto de taxi como camión urbano, cubrían la demanda ciudadana de transporte, y que además lo excedía en un 21 por ciento de las 696 concesiones que había en ese entonces.
A pesar de esta negativa, y de acuerdo a Pérez Palacios, tres años después se otorgaron decenas de concesiones al sindicato de taxistas de Nuevo Laredo, precedido desde hace años por Joaquín Treviño Alanís.
Hoy en día, de acuerdo al delegado local de Transporte Público estatal, Fernando Medina, hay 807 concesiones de vehículo colectivo en la ciudad: 272 taxis de base y 550 de camiones de ruta y especializados.
Y es el sindicato de taxistas y la delegación local de transporte quienes aseguran que la ciudad no ha crecido, y que los taxis ruleteros serán todo un fracaso en la ciudad por la falta de turismo nacional y extranjero, así como de la pobre economía de las familias neolaredenses y lo que ellos siguen considerando un exceso de unidades de taxi amarillo y camión de ruta que siguen sobrepasando la oferta actual.
Según Treviño Alanís, los choferes y concesionarios de taxi de base sufren en gran medida la carencia de clientes en cualquiera de las bases debido que ya no hay estadounidenses que busquen fiesta en territorio mexicano ni nuevos bares o restaurantes que los nacionales puedan disfrutar en la Zona Centro.
A parte, Fernando Medina asegura que la mayor parte del tiempo los camiones urbanos están casi vacios y en condiciones aceptables. Mientas, él insiste en que no puede exigirle a los concesionarios a mejorar las condiciones de sus unidades, debido a que su oficina es sólo administrativa como el cambio de características en las unidades.
Fue Medina quien aseguró que no hay taxis piratas en la ciudad, refiriéndose a que no hay unidades pintadas de amarillo que circulen sin placas, refrendo o concesión.
Sin embargo, Pérez Palacios alega lo contrario, asegurando que existen muchos métodos utilizados por el sindicato de taxistas para encubrir a los autos que utilizan placas sobrepuestas o cuyos permisos no corresponden al número de serie de los mismos carros.
Incluso, asegura que la cantidad de carros que dan servicio como taxis son más del doble de las que asegura el delegado local.
Hasta el momento, ningún chofer, concesionario o delegado estatal ha afirmado que exista alguna irregularidad en el transporte público de Nuevo Laredo, más allá de un exceso de concesiones.
USUARIOS DE TRANSPORTE: OTRO PROBLEMA
Los usuarios de camión urbano y taxi se quejan constantemente del elevado precio que cuestan las corridas desde la base; de las condiciones deplorables de algunas unidades o que incluso no tienen taxímetro con el cual fijar la tarifa. Pero hasta ahí se queda.
Hasta el momento, las denuncias ciudadanas respecto a las irregularidades en el transporte público se quedan en redes sociales o en la redacción de los medios de comunicación. Pero ninguno impone formalmente una forma de acusación en la delegación local de transporte.
Además de esto; además de lo antiguo que pueden ser algunas unidades de camión o taxi y las pobres condiciones mecánicas en las que se encuentran, son los mismos usuarios quienes rayan, rompen, rasgan, quiebran y maltratan el mobiliario, piso, paredes, ventanas y luces de muchas unidades, las que a su vez permanecen sucios por la cantidad de smog que expiden del escape.
Son los ciudadanos quienes se quejan respecto al aumento en el transporte público y la nula actualización que le dan los concesionarios dueños de las unidades, pero su misma necesidad los hace aguantarse y destinar incluso más del 30 por ciento de su sueldo semanal para transportarse al trabajo y sacar a pasear a la familia en fin de semana.