Por: Eduardo Piali
El comportamiento entre el PRI y el PAN durante estas vísperas electorales se nota distinto en Nuevo Laredo:
Mientras Canturosas y los blanquiazules –entre ellos la candidata Laura Zárate Quezada– se mueven con cautela y evitando todo tipo de confrontación con la autoridad electoral, los tricolores movilizan despensas y presenta “solicitudes ciudadanas” a empleados del estado.
“No se va a mover nada hasta que inicie la campaña. Los panistas son más respetuosos y temerosos del INE. Pero hablando enserio, la realidad es que como el PAN es oposición en el Estado, cualquier cosa que hagan mal les va a valer una denuncia. Los priístas aquí (en Nuevo Laredo) también andan con cuidado, pero en otras partes ¿quién les va a decir algo?” comentó un empleado del Ayuntamiento neolaredense, quien prefirió omitir su identidad.
Esta lógica político-electoral sugiere que la visita de Ramiro Ramos Salinas a Nuevo Laredo hace dos días para hablar con personal de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (COMAPA), y luego entregar 500 despensas “en apoyo a la economía de los neolaredenses” en su oficina de gestoría, gozó de cierta impunidad solapada desde la oficina de Egidio Torre Cantú.
Pero debido a que el INE no prohíbe a los legisladores de ningún partido continuar su trabajo como integrantes del Congreso local, y además de que la veda electoralcomienza oficialmente el domingo, nadie puede ser sancionado de ninguna manera.
¿Y qué pasa con los otros partidos? No aprovecharon estos días no sólo porque también son oposición y temen represalias institucionales; tampoco porque su financiamiento sea muy limitado, sino porque no hay muchos electores a quienes convencer.
El PRD en Nuevo Laredo tiene a sus electores únicamente en colonias al poniente y al sur, muchos de éstos aún son asentamientos irregulares por su falta de escrituras debido a anomalías con los planos estatales o federales.
Cabe mencionar que tanto el partido del sol como la izquierda en general son completamente inexistentes.
En las elecciones de 2012, los diputados del PRD apenas y tuvieron 76 votos, Partido del Trabajo tuvo cinco y Movimiento Ciudadano 12; contrario al PRI que tuvo 725 y el PAN –elección donde ganó Glafiro Salinas Mendiola– obtuvo 877 sufragios.
A nivel estatal, en esta misma elección la izquierda obtuvo apenas un poco más de un cuarto de las votaciones en conjunto: 188 mil 879, contra los 520 mil 205 del panismo y 464 mil 973 del priísmo.
¿Qué significa todo lo anterior? Sencillamente que el PRI ya está dando batalla; aprovecha la cautela panista para moverse a discreción e intentar convencer a los ciudadanos de que el siguiente legislador por el Distrito 01 tamaulipeco debe emanar del PRI, tal y como lo han hecho los últimos siete de 10 diputados federales.
Si a pesar de estas “provocaciones electorales” el PAN gana la elección, sería la segunda vez en 30 años queNuevo Laredo tiene elige en dos ocasiones consecutivas a un representante perteneciente a otro partido que no sea el PRI: en la legislatura de 1985 a 1988, el ahora finito PARM fue representado en San Lázaro por el difunto padre del actual alcalde neolaredense: Carlos E. Cantú Rosas.