Por: Isaac Molina Zapata
Los ciudadanos lo afirman, pues a ellos les consta. Las amas de casa, trabajadores, empleados, empresarios y otros actores de la sociedad vieron resultados cuando fue alcalde de la capital tamaulipeca.
En tres años Ciudad Victoria se transformaba con el paso de un munícipe que realmente se sentía comprometido con el pueblo. Algo pasaba en la capital, pues las obras que se realizaron eran impensables por la ciudadanía. Incluso -en ese entonces-, hubo quienes creyeron que se trataba de una película.
Fue el trienio 1993-1995 en que Gustavo Cárdenas Gutiérrez ganó la presidencia municipal de Victoria. Para su fortuna, miles de ciudadanos aún recuerdan sus acciones y sus obras.
Pero lo mejor, a lo largo de los años, los habitantes del Quinto Distrito han palpado su sencillez, su humildad, su don de gentes; públicamente han reconocido su gran labor al frente de la alcaldía, así como también recuerdan sus gestiones como Diputado Local. Y públicamente han lanzado consignas contra un gobierno local que los tiene abandonados.
Pero además, Gustavo Cárdenas va en caballo de hacienda: aparte de ganarse el cariño y reconocimiento del pueblo, tiene un carisma natural y actitud positiva.
Obviamente cuenta también con las cualidades que se necesitan para ser buen legislador: tiene experiencia y conocimientos, pues así lo ha demostrado a su paso por la política. Tiene voluntad y firme decisión de hacer un frente común contra la corrupción, impunidad e injusticia. Y eso, la ciudadanía ya lo sabe, por lo que miles le han externado su total respaldo.
El contraste de lo anterior es que después de 1995, Ciudad Victoria fue abandonada por sus gobernantes. A lo largo de estos de 20 años, la capital ya no parece tal; baste decir de los baches y el pésimo servicio de transporte público.
Además, los municipios que conforman el Quinto Distrito, llevan muchos años esperando el apoyo de algún legislador federal, que no llega. Aunque ahora, tienen puestas sus esperanzas en el candidato naranja.
Insisto, lo anterior son hechos, no palabras. Son versiones, relatos y afirmaciones de vecinos de diferentes colonias de Ciudad Victoria, que han vivido en carne propia las bondades de un buen gobernante; y no tienen empacho en decir que Gustavo Cárdenas los apoyó en gran medida a su paso por la alcaldía; no tienen objeción en asegurar que Gustavo Cárdenas fue un gran alcalde, y sin duda será un gran legislador federal.
Y es que al grito de “Gustavo, Gustavo”, los habitantes de la colonia Mariano Matamoros y el Fraccionamiento Azteca, reconocieron el trabajo político realizado por Gustavo Cárdenas desde que fue alcalde y después en los cargos públicos que ha ocupado. Esto, al realizar un recorrido por este sector, donde visitó a los habitantes casa por casa para solicitarles su voto.
“Gustavo sí cumple. Ya fue alcalde y nos trajo muchos beneficios a los habitantes de este sector que estuvimos olvidados por muchos años, pero después de que acabó su administración, ningún alcalde ha vuelto a realizar alguna obra a este sector”, señaló la señora Fidela López de la colonia Mariano Matamoros.
Por su parte, la señora Roberta Martínez, de la colonia Mainero, destacó: “estamos olvidados. Como puede ver las calles están llenas de basura, hay muchos baches y además con muchos problemas de inseguridad. No entiendo por qué el Gobierno se gasta tanto dinero en eventos sin importancia u obras intrascendentes, cuando lo que se requiere es garantizar los servicios básicos para las familias”.
Asimismo, Martina Cepeda, habitante de la colonia José de Escandón afirmó: “estamos abandonados por todas las autoridades que nos gobiernan en estos momentos, por eso nos urge un cambio verdadero en el Quinto Distrito”.
Hay más comentarios de personas que con sinceridad, ven en el abanderado naranja una esperanza real de cambio, y por eso lo divulgan, pues quieren contagiar de ese optimismo a más y más ciudadanos. Por eso, Gustavo Cárdenas Gutiérrez es el candidato del pueblo.
Consignamos lo anterior, como puente inquebrantable de la libertad de expresión y como digno también es darle espacio al pueblo, ése que paradójicamente es al que se deben todos los políticos.
Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.