(Agencia)
Ciudad de México.- Tuvieron que pasar 34 jornadas, polémicas, críticas, alegrías y tristezas para definir al equipo que tendría que vivir las llamas del infierno del descenso, tal y como lo han probado escuadras importantes en nuestro futbol; Necaxa, Atlante, León, Tigres, Zacatepec y otros más, que incluso han visto como se pierden en la liga de Ascenso, donde muy pocos saben realmente lo que se sufre.
Puebla y Leones Negros dejaron hasta la fecha 17 del Clausura 2015 la incertidumbre para conocer al que a partir de hoy no pisará las canchas del máximo circuito, al menos por un año. Los de la Franja llegaban con la posibilidad de asegurar su permanencia con un empate en la cancha del Santos Laguna, mientras que los de la Universidad de Guadalajara debían ganar como visitante a la Máquina del Cruz Azul, y esperar que los Camoteros no sumaran frente a los de la Comarca.
La difícil misión para Leones Negros daba buen rumbo en la primera media hora; el delantero ecuatoriano Jonathan González aprovechó la mala marca de la defensa, además del desconcierto y temor de los zagueros, para prender un rebote de pierna derecha y vencer a Jesús Corona y poner de su parte en la lucha por el sueño de la permanencia en la 1ª división.
En Torreón, la ayuda divina de Santos llegó justamente al minuto 30, en un tiro de castigo Javier Orozco aprovechó el servicio de Carlos Izquierdo para rematar de cabeza y poner el 1-0 sobre los poblanos que se colocaban la soga al cuello de la quema del descenso.
Cuando todo era felicidad en la perla tapatía por la ventaja en la porcentual de su equipo, además de que el rival, Cruz Azul, sufrió la expulsión de su orquestador, Christian Chaco Giménez por insultar al juez de línea, y dejaba la mesa servida para que lograran el obligado triunfo; cayó en balde de agua helada antes del descanso, ya que en la cancha del Estadio Corona, a segundos del final del primer tiempo Alfonso Tamay, el joven mediocampista del Puebla, en una jugada fortuita mandó el baló al fondo del arco defendido por Agustín Marchesin y dejar 45 minutos de alarido para la segunda mitad.
Ya en la parte complementaria, los nervios de poblanos y universitarios creció, pero ambos conjuntos no olvidaron la prioridad que era vencer en su compromiso y dejar al destino la posibilidad de salvarse. Al minuto 51, los de la Franja daban un paso importante para no caer a la liga de Ascenso, en un tiro de esquina, Luis Macue Robles se levantó entre toda la defensa lagunera para marcar de cabeza el 2-1 para los pupilos de José Guadalupe Cruz, y dar un clavo al ataúd de Leones Negros, que parecía ya sentenciaba su caída.
La Universidad de Guadalajara no perdió concentración pese a saber el resultado al momento que se daba en Torreón, ya que de nueva cuenta, Jonathan González, se hizo presente en el marcador en el Azul al minuto 67 para poner una ventaja inalcanzable de 2-0 para los cementeros que vieron esfumarse su posibilidad de Liguilla.
Pese a la adversidad que se daba para los de Alfonso Sosa, el optimismo no decayó, y es que 5 minutos después de colocarse 2-0 arriba, en la Comarca los de Pedro Caixinha daban argumentos para que los albinegros prendieran las veladores, ya que el delantero colombiano Andrés Rentería ponía el empate a dos goles frente al Puebla a los 73 minutos, con todavía casi 20 por delante, tiempo en el que todo podía suceder.
Francisco Chacón pitó el final en la Ciudad de México, y la Universidad de Guadalajara lograba los tres puntos en una cancha complicada, aunque ante un rival bastante condescendiente, pero la fe de la visita se iba esfumando al saber que el marcador en el Corona TSM no se movía con la igualada 2-2 que era condenatorio, pese al retraso de 3 minutos, por un aficionado que se metió al terreno de juego para agredir al central Fernando Guerrero, era imposible que el electrónico se moviera, llegó el silbatazo que era el último clavo para el ataúd del benjamín de primera división que sólo tuvo la oportunidad de vivir el sueño del máximo circuito del Futbol Mexicano, después de que hace 12 meses lograba su regreso tras 20 años de ausencias de un histórico, cuna de grandes jugadores y que disputó finales con los más grandes de nuestro balompié.
Fue así, como durante 90 minutos la ilusión, la fe y el hambre de futbol mantuvo con vida a los Leones Negros, pero que sin embargo, disputaron hasta hace unas horas, sus últimos minutos en Primera División.